Cartas al director

Comparación sorprendente

El pasado jueves me sorprendió leer en el editorial de EL PAÍS una comparación (¿o debería decir equivalencia?) entre los jóvenes de extrema izquierda que se manifestaron en Barcelona y los skin-heads. Es cierto que quizás la forma en que lo hicieron no fuese la más correcta, pero de ahí a ponerlos al mismo nivel de los pelados que se dedican a apalear a personas simplemente por su forma de pensar o de vestir va un buen trecho. Nos decís que al ir estos jóvenes al encuentro de los skins de Ynestrillas estaban actuando como ellos, pero yo no podría ver cómo estos rapados siembran el terror por ...

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El pasado jueves me sorprendió leer en el editorial de EL PAÍS una comparación (¿o debería decir equivalencia?) entre los jóvenes de extrema izquierda que se manifestaron en Barcelona y los skin-heads. Es cierto que quizás la forma en que lo hicieron no fuese la más correcta, pero de ahí a ponerlos al mismo nivel de los pelados que se dedican a apalear a personas simplemente por su forma de pensar o de vestir va un buen trecho. Nos decís que al ir estos jóvenes al encuentro de los skins de Ynestrillas estaban actuando como ellos, pero yo no podría ver cómo estos rapados siembran el terror por las calles sin que nadie haga algo (está vista la poca eficacia de la policía contra estas bandas), tampoco es cuestión de que cada uno se tome la justicia por su mano; sin embargo, hay límites para todo. Durante la manifestación, los jóvenes de extrema izquierda rompieron lunas de entidades bancarias y en algunas cometieron más destrozos, simplemente están actuando según su ideología (anticapitalista): no es violencia por violencia. Esto queda demostrado, ya que, pudiendo robar los objetos de esas oficinas, no lo hicieron, sino que los rompieron. Lo que queda fuera de lugar es romper lunas de tiendas comerciales de particulares, las cuales no simbolizan absolutamente nada acerca del sistema político en el cual vivimos. Lo mismo ocurre con el ataque a la vivienda de la concejal del PP, una persona que, por encima de sus ideales políticos, es eso, una persona; es más, una persona consecuente con sus ideales y que no ha agredido físicamente a nadie. Con la agresión a esta concejal no han ganado ni ganarán nada.No he pretendido hacer una apología de la violencia, únicamente puntualizar y mostrar mi rechazo hacia esta comparación entre la forma de actuar de los skins y el desarrollo de la manifestación de Barcelona.- . .

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