Putin visita Chechenia en un aparente alto el fuego

El presidente ruso, Borís Yeltsin, mantuvo ayer una reunión con los máximos responsables de la seguridad estatal para discutir la situación en el Cáucaso del Norte, mientras el primer ministro, Vladímir Putin, viajó a Chechenia para inspeccionar a las tropas que combaten en esa República y estudiar el problema de los refugiados. Ambos hechos fueron sorpresivos y ocurrieron mientras los soldados rusos, por segundo día consecutivo, se abstenían de continuar su ofensiva en la República independentista, aunque continuaron los bombardeos.Yeltsin se reunió en su residencia Rus de Zavídovo, a unos 13...

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El presidente ruso, Borís Yeltsin, mantuvo ayer una reunión con los máximos responsables de la seguridad estatal para discutir la situación en el Cáucaso del Norte, mientras el primer ministro, Vladímir Putin, viajó a Chechenia para inspeccionar a las tropas que combaten en esa República y estudiar el problema de los refugiados. Ambos hechos fueron sorpresivos y ocurrieron mientras los soldados rusos, por segundo día consecutivo, se abstenían de continuar su ofensiva en la República independentista, aunque continuaron los bombardeos.Yeltsin se reunió en su residencia Rus de Zavídovo, a unos 130 kilómetros al noroeste de Moscú, con los ministros de Defensa, Seguridad, Interior, Espionaje, Exterior, el jefe de la Administración presidencial y el de su guardia personal. El presidente se encuentra convaleciente de una gripe por la que fue brevemente hospitalizado el pasado día 9. Los participantes en la reunión debatieron "las principales direcciones de la segunda etapa de la operación antiterrorista en el Cáucaso del Norte", según Dmitri Yakushkin, el portavoz presidencial. También se informó a Yeltsin sobre cómo van las investigaciones de las explosiones de edificios ocurridas el mes pasado en varias ciudades rusas.

Acusaciones cruzadas

Moscú acusa a los chechenos de ser los organizadores de esos atentados que costaron la vida a cerca de 300 personas, cosa que ellos niegan categóricamente. Más aún, Grozni dijo el martes que estaba dispuesto a dar los nombres de los organizadores de las explosiones a "representantes de organizaciones internacionales independientes". Moscú anunció ayer que uno de los principales sospechosos de los atentados es un extranjero: Said el Maban, ciudadano egipcio que hace tiempo se radicó en Moscú, donde se casó y se dedicó a los negocios.

Según el Servicio Federal de Seguridad, El Maban viajó el año pasado a Grozni para participar en el Congreso de los Pueblos de Chechenia y Daguestán y allí entregó más de 30 millones de pesetas a Shamil Basáyev, el guerrillero que lideró en agosto las incursiones de extremistas islámicos en Daguestán, donde querían crear un Estado islámico independiente. Basáyev es acusado de estar tras las explosiones de septiembre.

Mientras tanto, Putin, tras visitar el distrito checheno de Nadtérechni, dijo en Mozdok -principal base militar norcaucásica- que "las tropas no se detendrán. Cumplirán su tarea hasta el final". Y el general Guennadi Tróshev, comandante del frente oriental de las tropas rusas en Chechenia, declaró delante de Putin que "cuando el último bandido sea eliminado, entonces la tarea se podrá dar por cumplida". Estas declaraciones contradicen las aseveraciones de que no se lanzarán al asalto de Grozni.

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