Tribuna:

Felicitación

Apreciado señor alcalde:Mi esposa, que le sigue mucho, me dice que hoy, 17 de octubre, cumple usted 62 años. Seguramente recibirá a lo largo de la mañana un ramo de rosas amarillas con esta leyenda: "A pesar de mi esposo, sigo siendo manzanista". Así es ella, pero la quiero a pesar de todo.

Siento cierta ternura hacia los detalles y cortesías de mi señora, porque yo, la verdad, soy un poco borde y disfruto con ello. Hoy intentaré derrochar lisura para no amargarle el día. Tengo algunos años más que usted; comparto la gozosa jubilación con ese mosqueo infame que te pica cuando sabes que ...

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Apreciado señor alcalde:Mi esposa, que le sigue mucho, me dice que hoy, 17 de octubre, cumple usted 62 años. Seguramente recibirá a lo largo de la mañana un ramo de rosas amarillas con esta leyenda: "A pesar de mi esposo, sigo siendo manzanista". Así es ella, pero la quiero a pesar de todo.

Siento cierta ternura hacia los detalles y cortesías de mi señora, porque yo, la verdad, soy un poco borde y disfruto con ello. Hoy intentaré derrochar lisura para no amargarle el día. Tengo algunos años más que usted; comparto la gozosa jubilación con ese mosqueo infame que te pica cuando sabes que vas lanzado hacia la cima del abismo. Por cierto, me llamo Nicasio y procedo del norte.

Jamás le he votado a usted, señor, porque me tiran otras querencias espirituales. Ahora bien, deseo con toda el alma que usted lo haga lo mejor posible para esta ciudad, es decir, para la gente que vivimos en ella. Estoy empezando a intrigarme con su peculiar carisma, señor alcalde, incomprensible para muchos y anodino para otros tantos. ¿Cuál es su secreto para seguir ahí, vara en mano, inasequible al desaliento, victorioso en comicios internos y externos, dejando exhaustos a sus rivales de dentro y de fuera? Imagino que la vida cotidiana de un político es sinuosa, porque tienes al lado, en tu mismo partido, a quienes desearían sustituirte entrañablemente al menor descuido.

La sesentena es una década muy buena para algunas cosas (es la edad del poder verdadero) y chunguita para otras (seguramente ya no bailará usted sevillanas con el mismo garbo de antaño; el chotis, sin embargo, le va como anillo al dedo). Pero a estas alturas ya se sabe mucho acerca de la vida y puede uno permitirse lujos sorprendentes. En sobre aparte, como regalo de cumpleaños, le remito una invitación para el estreno de un cortometraje que no le va gustar nada, pero se puede usted poner las pilas y alucinar. Se trata de Mi novio es bakalao, "enloquecido corto de Diego Abad que es ya un clásico moderno", en palabras del crítico Diego A. Manrique. Pero tómese antes mucha árnica. Si usted resiste a sus enemigos, usted resistirá al bakalao y demostrará a sus seguidores que hay cuerda para rato. Felicidades.

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