El caudillismo de sus líderes amenaza la alianza de oposición en México

El cruce de menosprecios de fechas anteriores y el gélido saludo de este domingo entre los dos principales aspirantes de la oposición a la presidencia de México demuestran que la pretendida alianza contra el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones presidenciales del 2000, mediante la presentación de un candidato único, sufre contratiempos graves. Una comisión de notables trabaja para evitar que el caudillismo malogre un acuerdo y también las expectativas de ganar la presidencia por primera vez en siete decenios.

"Hola, Vicente", saludó Cuauhtémoc Cárdenas...

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El cruce de menosprecios de fechas anteriores y el gélido saludo de este domingo entre los dos principales aspirantes de la oposición a la presidencia de México demuestran que la pretendida alianza contra el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones presidenciales del 2000, mediante la presentación de un candidato único, sufre contratiempos graves. Una comisión de notables trabaja para evitar que el caudillismo malogre un acuerdo y también las expectativas de ganar la presidencia por primera vez en siete decenios.

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"Hola, Vicente", saludó Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de centro-izquierda, durante la presentación del nuevo gobernador de Nayarit, salido del primer triunfo de la coalición entre el PRD y el conservador Partido de Acción Nacional (PAN). "Bienvenido", respondió Vicente Fox, candidato del PAN. Después, cada uno por su lado. Ahí acabó la conversación entre los dos hombres de referencia, cuyas disputas políticas, ambiciones personales y poca disposición a la renuncia en favor del contrario traban, en buena medida, el nacimiento de la alianza.El pluralismo se abre camino en México, pero las encuestas anticipan que el PRI, sometido también a golpes bajos entre sus filas y una eclosión de codicias políticas y económicas, retendrá la jefatura del Estado si la oposición no acude unida a las elecciones más competidas de la historia mexicana. En ello se trabaja desde hace meses, pero no es sencilla la conciliación de formaciones de programas y origen tan dispares. Las fricciones han sido frecuentes, y las desconfianzas lastran los debates.

El PAN fue llamado traidor y aliado menor del PRI por sus interlocutores de ahora porque, en uno de los encontronazos, votó junto al PRI la solución dada por el Ejecutivo a los 65.000 millones de dólares (10,4 billones de pesetas) volcados en el polémico rescate bancario de 1994. El PRD, acusado por aquél de obstruir sin presentar alternativas, proclamó entonces que no era posible la cohabitación con quienes endosaron al contribuyente la colosal deuda contraída hace cinco años.

"Ahora o nunca"

Pero el hartazgo del PRI, el ansia por la presidencia y los sondeos de opinión les acercaron de nuevo. "Únanse por el cambio, únanse por México. Es ahora o nunca", instó este domingo a Cárdenas y Fox el gobernador entrante de Nayarit, Antonio Echavarría. El saliente, Rigoberto Ochoa, priísta, no pudo asistir a la transmisión de poderes porque huyó perseguido a gritos y botellazos por un grupo de gamberros del PRD. "Vicente, la alianza, tienen que hacer la alianza para sacar a esos cabrones", reclamaba la militancia al hombre del PAN. "Ingeniero, por favor, pónganse de acuerdo", escuchó Cárdenas a su paso. La relación entre los dos pretendientes es ríspida y el arreglo, de momento, inexistente. Los ataques a veces fueron insultos. Cárdenas llegó a decir que entre las orejas de Fox no hay nada, y éste tildó de inútil al alcalde de México, que en breve dejará el cargo para dedicarse por completo a la campaña.

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Un denominado Consejo Ciudadano, integrado por representantes de la sociedad civil afines a la oposición, redacta una fórmula para apaciguar los ánimos y elegir al candidato único. Esa propuesta deberá ser aprobada por la dirección del PRD y del PAN, que, a su vez, intentará vencer las previsibles resistencias de Cárdenas o Fox, aparentemente convencidos ambos de que tienen fuerza suficiente para derrotar por separado al candidato del PRI y que la servidumbre de una alianza hipotecaría su mandato. El objetivo, sin embargo, debería ser otro, según la mayoría de los analistas: forjar un programa de Gobierno que no sería propiedad de Fox o Cárdenas, sino de la alianza.

Reacios los dos próceres a la cesión, el PRD no puede enemistarse con el hijo del histórico general Lázaro Cárdenas, porque sin su concurso las posibilidades del partido en el 2000 son escasas, y, en el otro bando, un sector del PAN rechaza el abrupto discurso de Fox, pero aceptó a regañadientes su designación porque el exgobernador de Guanajuato se adelantó a todos en el partido, no permitió que madurara otra alternativa, y las encuestas bendicen las invectivas contra la corrupción y su diseño de una Arcadia feliz en México.

Barriendo todos para casa, Cárdenas planteó unas primarias abiertas para elegir al candidato opositor único y Fox las rechazó recordando que el fraude obligó a la reciente anulación de las desarrolladas en el PRD, y él no va a correr el riesgo de perder con trampas. El aspirante del PAN propone una encuesta nacional bajo supervisión del Consejo Electoral. El alcalde no está de acuerdo.

Marginados del PRl

Manuel Camacho Solís fue cuadro del PRI antes de abandonarlo porque riñó con su dirección y perdió toda posibilidad de ascenso, o al revés, fue marginado y entonces riñó. Fundador de un partido de centro, empuja ahora una alianza con lo fundamental pendiente: quién la representa y cómo sobrevive como coalición de gobierno, cómo evitar que sólo sea un mecanismo para arrebatar el poder al PRI. "Queremos construir una nueva presidencia, que esté sometida a la Constitución y que sea parte de un nuevo equilibrio de poderes". La Constitución de 1917 otorga poderes separados al Ejecutivo, al Legislativo y al Judicial, pero en la práctica cotidiana el presidente siempre ha mandado en México.

Porfirio Muñoz Ledo, que perdió la nominación del PRD, acusa a los seguidores de Cárdenas y de Fox de entender la alianza como un neocaudillismo capaz de expulsar al PRI del mando sin entrar a analizar un cambio en las estructuras del Estado. No basta la mera alternancia en el poder para construir un país equilibrado, agrega. "La alternancia es condición para el cambio, sí, pero no es suficiente". Al objeto de no quedar fuera de las futuras negociaciones, Muñoz Ledo consiguió ser elegido aspirante a la presidencia por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PAR), un grupúsculo escindido del PRI que cuenta con registro legalmente. A pleno rendimiento la batidora política y las quinielas electorales, Cárdenas y su acérrimo crítico, Muñoz Ledo, apenas se hablan.

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