Tribuna:

Familia

NEGRITASReconforta ver que la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga es una gran familia. Sus miembros se sientan festivamente a la mesa, se gastan bromas malignas, se recuerdan sus errores pasados en tono de reproche juguetón -pero haciendo sangre-, se guiñan los ojos como posesos. Ayer la diversión no sólo la pusieron los rifirrafes cariñosos entre la alcaldesa Celia Villalobos y los líderes de la oposición -porque ella los quiere mucho, siempre lo dice mientras los despedaza mediáticamente y les dispara sonrisas de acero-. El socialista Jaime Alonso quiso saber cómo podía ser qu...

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NEGRITASReconforta ver que la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga es una gran familia. Sus miembros se sientan festivamente a la mesa, se gastan bromas malignas, se recuerdan sus errores pasados en tono de reproche juguetón -pero haciendo sangre-, se guiñan los ojos como posesos. Ayer la diversión no sólo la pusieron los rifirrafes cariñosos entre la alcaldesa Celia Villalobos y los líderes de la oposición -porque ella los quiere mucho, siempre lo dice mientras los despedaza mediáticamente y les dispara sonrisas de acero-. El socialista Jaime Alonso quiso saber cómo podía ser que una vivienda tuviese 16 mililitros (ml) de fachada. Su cándida curiosidad científica fue recompensada. El técnico del ramo le explicó con aire paternal que eran metros lineales (m.l.), una cosa mucho más sólida. Este es el tipo de tontería que luego se repite sin misericordia en las reuniones familiares, "¿y te acuerdas lo que nos reímos cuando el primo Jaime dijo lo de los mililitros?". Alonso tenía toda la razón. En los papeles faltaban los puntos. Al que no le faltaba ningún punto era a Francisco Oliva, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Málaga, que este fin de semana se desnudó valientemente ante los lectores del Diario Málaga-Costa del Sol, y habló de sus creencias, de sus pasiones y de sus experiencias. Oliva respondió así al periodista que, incisivo, le preguntó si alguna vez se había fumado un porro: "Eh... yo he fumado un porro, verás, te voy a decir... muy pocas veces... y muy esporádicamente, y nunca un porro completo, sino una cosa así, en grupo. Nunca me he fumado uno entero". Bueno. Esta es la marca del gran estadista, del líder que sigue de cerca los pasos de los genios de la política mundial. Como Bill Clinton, que tuvo que aceptar a regañadientes que sí se había fumado alguno, pero pequeñito, y en su loca juventud, que eran los años de los hippies y de Woodstock. Y además nunca se tragó el humo. O George Bush junior, que reconoció que quizá hubiese esnifado cocaína, pero muy poca, y a una edad en la que no sabía bien lo que se hacía, allá por el Pleistoceno Superior. Así se tranquiliza mucho el contribuyente. Pero volviendo a Oliva. A lo largo de esta entrevista esclarecedora contó con toda naturalidad que sólo se sabe las primeras estrofas de la Internacional, "como todo el mundo". Que no hace falta más esfuerzo para algo que se interpreta siempre en play-back. Y con los coros del ejército ruso al fondo. Anoche debieron cantarla como locos en el estreno de Locos en Alabama, todos envueltos en alfombras rojas. MARÍA HERNÁNDEZ MARTÍ

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