TERROR EN TIMOR

Miles de soldados indonesios desertan y se unen al terror de las milicias

Mientras el baño de sangre continúa en Timor Oriental, diplomáticos y analistas militares aseguran que poseen evidencias de que miles de soldados del Ejército indonesio y de la Policía Nacional han desertado de sus unidades y se han unido a las milicias que siembran el terror en la región independentista. "La situación se asemeja a un motín", asegura un analista occidental. "Existe una grave crisis de mando y de control, y hay muchísimas deserciones". Todas estas deserciones hacen preguntarse sobre si el jefe del Ejército indonesio, el general Wiranto, ha estado orquestando la sangrienta repre...

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Mientras el baño de sangre continúa en Timor Oriental, diplomáticos y analistas militares aseguran que poseen evidencias de que miles de soldados del Ejército indonesio y de la Policía Nacional han desertado de sus unidades y se han unido a las milicias que siembran el terror en la región independentista. "La situación se asemeja a un motín", asegura un analista occidental. "Existe una grave crisis de mando y de control, y hay muchísimas deserciones". Todas estas deserciones hacen preguntarse sobre si el jefe del Ejército indonesio, el general Wiranto, ha estado orquestando la sangrienta represión o quizá, algo todavía más preocupante, si ha perdido totalmente el control de su propio Ejército. Pero mientras la situación en Timor pareciera estar fuera de control, los diplomáticos aseguran que la palabra "anarquía" no es exactamente la que reina en Dili. A pesar de que las milicias armadas campan a sus anchas por las calles de la capital timorense, parece que actúan con un propósito y bajo una dirección que los guía. Incluso pareciera que se contienen de realizar ciertos actos. Buen ejemplo de esto último es que la sede de la ONU no ha sido atacada directamente, lo que sugiere que alguien habría dado la orden de que un asalto estaba fuera de todo límite.

Apoyo a las milicias

Sobre el terreno hay cerca de 6.000 soldados indonesios -incluidos dos batallones compuestos íntegramente por timorenses- que sirven como suboficiales y soldados regulares del Ejército dentro de las llamadas "fuerzas territoriales". Además hay cerca de 1.000 ciudadanos de Timor Oriental sirviendo en la Policía Nacional. Muchos de estos hombres son los que supuestamente se habrían amotinado y a los que se hace responsables del terror que reina en la zona. Tanto diplomáticos como trabajadores de la ONU aseguran haber visto a la policía y al ejército abriendo fuego indiscriminadamente y apoyar abiertamente a las milicias proindonesias. Mientras tanto, Wiranto dice estar preparando tres nuevos batallones para ser enviados a Dili para sofocar la violencia que estalló el pasado sábado, después de anunciarse que el referéndum del día 30 arrojaba un 78,5% de los votos a favor de la independencia.

Algunas de esas nuevas tropas ya han llegado a Dili. Pero los diplomáticos aseguran que esos nuevos soldados, muchos de ellos javaneses, se han encontrado sobrepasados en número por los amotinados timorenses.

"Se han vuelto locos", asegura Salim Said, un analista militar. "Creo que lo que ocurre en Timor Oriental podría describirse como una deserción de los enloquecidos soldados timorenses que han tomado las calles de todo el país".

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