Cartas al director

La "Mir"

No hace mucho tiempo tuve que explicar a una persona mayor, de 75 años de edad, que era la estación orbital Mir. Le enseñé un periódico viejo en el que había un extenso artículo dedicado a la Mir. Había un dibujo, un esquema, en el que se veía la tierra y la órbita de la estación dibujada con trazo discontínuo. Pero a la derecha había una ampliación de la estación que resultaba ser más grande que el planeta Tierra. ¿Es así de grande? me preguntó. Sa-Pasa a la Página siguiente

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bía que no lo preguntaba en broma y le expliqué q...

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No hace mucho tiempo tuve que explicar a una persona mayor, de 75 años de edad, que era la estación orbital Mir. Le enseñé un periódico viejo en el que había un extenso artículo dedicado a la Mir. Había un dibujo, un esquema, en el que se veía la tierra y la órbita de la estación dibujada con trazo discontínuo. Pero a la derecha había una ampliación de la estación que resultaba ser más grande que el planeta Tierra. ¿Es así de grande? me preguntó. Sa-Pasa a la Página siguiente

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bía que no lo preguntaba en broma y le expliqué que aquello era un detalle, que era tan sólo un dibujo. Pero no quedó del todo convencido.

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Después, un tal Paco Rabanne vaticinó que la estación caería sobre París coincidiendo con un eclipse. Curiosamente, esa noticia tuvo más repercusión en mi entorno más cercano que cualquier explicación científica del fenómeno. Después, con motivo del desalojo de la estación, leo en su periódico del domingo 29 de agosto: "... el espacio está nuevamente deshabitado y a la Tierra le ronda un nuevo fantasma". ¿Qué nos pasa? ¿Por qué ese afán de que pasen cosas? Qué urgencia por crear mitos nuevos: el fin del milenio, el Apocalipsis final... Por favor. Piensen ustedes que hay personas (una mayoría) que no tienen ni idea de lo que es un satélite espacial, y mucho menos una estación experimental. Seguro que entre todos podremos acabar con tanta mitología absurda, volver a creer en nosotros mismos, no alarmar por alarmar y tener muy en cuenta a quién nos dirigimos cuando hablamos o escribimos.-

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