Un nuevo tiroteo se cobra la tercera víctima en Madrid en menos de 72 horas

Las balas se hacen oír en Madrid. La madrugada del pasado domingo murió en la capital la tercera persona en menos de 72 horas por arma de fuego. Estos tiroteos, supuestamente motivados por ajustes de cuentas y de momento sin ningún vínculo entre sí, según la policía, han dejado su rastro de sangre en Arganzuela (donde el viernes un empresario fue tiroteado a la puerta de su nave), Tetuán (un supuesto narco cayó en el rellano de su piso) y Usera (dos balazos en una cabina telefónica). Ningún caso ha sido todavía resuelto. El último crimen se registró el domingo a la altura del número 41 de la...

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Las balas se hacen oír en Madrid. La madrugada del pasado domingo murió en la capital la tercera persona en menos de 72 horas por arma de fuego. Estos tiroteos, supuestamente motivados por ajustes de cuentas y de momento sin ningún vínculo entre sí, según la policía, han dejado su rastro de sangre en Arganzuela (donde el viernes un empresario fue tiroteado a la puerta de su nave), Tetuán (un supuesto narco cayó en el rellano de su piso) y Usera (dos balazos en una cabina telefónica). Ningún caso ha sido todavía resuelto. El último crimen se registró el domingo a la altura del número 41 de la calle de Tomelloso (Usera). Allí, en el interior de una cabina telefónica, dos balas del calibre 9 milímetros Parabéllum acabaron con la vida de Fredy P. R., un colombiano de 22 años que, según la policía, tenía varios antecedentes por robo con fuerza. Fredy P. R. no llevaba documentación cuando fue hallado muerto. Las primeras investigaciones descartaron el robo como móvil del crimen, puesto que el homicida no se llevó las 23.000 pesetas que guardaba la víctima en sus bolsillos. Por las características del suceso, la policía sospecha que puede tratarse de un ajuste de cuentas, aunque esta versión sigue en el terreno de las hipótesis. En la medianoche del domingo, varios vecinos oyeron disparos y llamaron al 091 para informar de que un hombre había caído en una cabina telefónica. Al lugar del suceso acudieron agentes del Grupo de Homicidios, Policía Científica y la comisión judicial. En el sitio se hallaron tres casquillos El cuerpo de Fredy P. R. fue trasladado al Instituto Anatómico Forense para su autopsia.PASA A LA PÁGINA 3

El homicida mató a su víctima de dos tiros en la cabeza a corta distancia

VIENE DE LA PÁGINA 1 Entre los datos recabados por los investigadores en el lugar del crimen figura que el homicida se aproximó lo suficiente a la víctima como para dispararle, dentro de la cabina telefónica, dos tiros en la cabeza y a muy corta distancia. El arma no ha sido hallada. La policía intenta esclarecer, además, el homicidio de un hombre de 28 años que murió tiroteado en la calle de la Infanta Mercedes, en el distrito de Tetuán, el pasado sábado. La víctima también recibió dos disparos en la cabeza. Las primeras investigaciones señalaban que el hombre era ecuatoriano y tenía permiso de residencia en España. Ayer, la policía descubrió que se trataba de Carlos Arturo V. M., colombiano. Llevaba documentación falsa cuando los agentes encontraron su cuerpo. Carlos Arturo V. M. fue hallado muerto en el rellano de la escalera de su casa, en la tercera planta. Lo encontró el portero de la finca cuando subía a cambiarse de ropa. Carlos Arturo, según la Jefatura Superior de Policía, se dedicaba al blanqueo del dinero procedente del narcotráfico. En el registro de su domicilio los agentes encontraron 300.000 pesetas en metálico y cuatro teléfonos móviles. El primero de los homicidios del pasado fin de semana ocurrió el viernes a las 22.25, a la altura del número 8 de la calle del Hierro, en el distrito de Arganzuela. Allí fue asesinado el dueño de la empresa de transportes y almacenaje Agetrans, Francisco Javier Miró, de 43 años. El empresario falleció tras recibir un disparo en en el cuello, muy cerca de la vena yugular. Según la versión policial, un hombre entró en la nave industrial de Agetrans, donde se encontraba Miró, y, después de una discusión, apretó el gatillo. El empresario se cubrió la herida con un trapo y alcanzó a llegar con vida hasta la marisquería La Viguesa, cercana a la nave de Agetrans. Allí, siempre según la versión policial, Miró relató que le había "disparado la Mafia" y pidió protección para su familia. En este caso, las pesquisas apuntan también a un posible ajuste de cuentas.

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