SEGUNDA INVESTIDURA DE RUIZ-GALLARDÓN

Los socialistas exigen la jornada de 35 horas para reducir el paro

Cristina Almeida, portavoz ayer de PSOE-Progresistas, dedicó gran parte de su discurso contra la investidura del candidato del PP a recordar el programa electoral de su grupo. Alberto Ruiz-Gallardón se lo echó en cara y le recordó que la izquierda había resultado derrotada en las pasadas elecciones, por lo que no estaba dispuesto a llevar a la práctica un programa electoral que los ciudadanos "habían rechazado". Pero Almeida insistió en que era su programa electoral y que lo presentaba de nuevo, ya que Ruiz-Gallardón no hacía otra cosa que "incumplir" sus propias promesas. Almeida manifestó ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Cristina Almeida, portavoz ayer de PSOE-Progresistas, dedicó gran parte de su discurso contra la investidura del candidato del PP a recordar el programa electoral de su grupo. Alberto Ruiz-Gallardón se lo echó en cara y le recordó que la izquierda había resultado derrotada en las pasadas elecciones, por lo que no estaba dispuesto a llevar a la práctica un programa electoral que los ciudadanos "habían rechazado". Pero Almeida insistió en que era su programa electoral y que lo presentaba de nuevo, ya que Ruiz-Gallardón no hacía otra cosa que "incumplir" sus propias promesas. Almeida manifestó que Madrid, durante el Gobierno del PP, "ha continuado siendo un gigante económico, aunque cada vez menos, y se ha ido convirtiendo año tras año en un enano político". Para demostrar su afirmación, Almeida recordó que en el debate abierto sobre financiación autonómica, sólo hablan Valencia y Cataluña. Ruiz-Gallardón encajó la crítica ofreciendo un debate monográfico sobre financiación.

Más información

La portavoz del PSOE-Progresistas aseveró que Ruiz-Gallardón había "apostado por una suerte de estado de obras, que pone en primer plano el cemento y el hormigón y relega a un segundo plano lo esencial: sus hombres y mujeres, la necesidad de dar prioridad a las políticas sociales". Ruiz-Gallardón le echó en cara que no se aclaraba, ya que, por un lado, pedía más carreteras y ferrocarriles y, por otro, se quejaba de que el PP apostaba por el "cemento y el hormigón".

Donde hizo más hincapié la presidenta del Grupo Socialista fue en la promesa que Ruiz-Gallardón efectuó en 1995 de reducir el número de parados en 200.000 personas, algo que finalmente se ha quedado en sólo 98.000 parados menos. Pidió, además, la jornada de 35 horas, "lo que sin duda redundará en la generación de empleos, buscando la eficacia de tal medida y no la foto del autobombo", dijo.

Ruiz-Gallardón le replicó que la sociedad madrileña reclama cada vez más inversiones y gastos, pero que no se puede aumentar la carga fiscal sobre los ciudadanos. El presidente aseguró que su partido opta por crear más riqueza y así, sin aumentar la presión impositiva, poder recoger más tributos de las nuevas empresas creadas.

Almeida se quejó también de que el PP ha convertido las universidades madrileñas en las "más aburridas del planeta" y que la izquierda está dispuesta a recuperar "el espíritu vitalista e inconformista que siempre caracterizó a nuestra Universidad".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Ruiz-Gallardón hizo como si no hubiera entendido bien estas palabras: "¿Cómo dice? ¿Que las universidades son aburridas?". Y le pidió a continuación que hablase con los rectores, a los que había incrementado su presupuesto en un 71%. Y le recordó que no había destinado "ni una sola peseta" a las universidades privadas.

Sobre la firma

Archivado En