Tonos grises

La Bolsa española está encontrando algunos problemas a la hora de coger el tren de los grandes mercados, tanto si se trata de los europeos como de Nueva York. En esta semana hay que hacer balance de todo un semestre y el mercado español va a sacar un aprobado más que discreto. Por valores concretos, hay tres que ganan más del 20% y que justifican la evolución de los índices, mientras que, en un plano más general, la inflación es una fuente constante de preocupaciones al comerse una parte importante de los beneficios, procedan de la Bolsa, de la renta fija, de los salarios o, más lejos, de lo...

La Bolsa española está encontrando algunos problemas a la hora de coger el tren de los grandes mercados, tanto si se trata de los europeos como de Nueva York. En esta semana hay que hacer balance de todo un semestre y el mercado español va a sacar un aprobado más que discreto. Por valores concretos, hay tres que ganan más del 20% y que justifican la evolución de los índices, mientras que, en un plano más general, la inflación es una fuente constante de preocupaciones al comerse una parte importante de los beneficios, procedan de la Bolsa, de la renta fija, de los salarios o, más lejos, de los beneficios empresariales, la única variable que confirma la versión oficial de la bonanza económica. Un reciente informe del Banco de España hace hincapié en la resistencia de algunas empresas -petróleos y comunicaciones- a reflejar en sus tarifas la liberalización de los servicios, que sólo ha llegado al mercado mediante decretos y ha afectado, exclusivamente, al sector eléctrico.

Así, durante toda la mañana el mercado español se mantuvo a la baja, mientras en Europa se prodigaban las subidas, y sólo se buscó una mejor relación entre oferta y demanda cuando Nueva York abrió con fuerza al alza. [Wall Street finalizó la sesión con un avance de 102,60 puntos (0,97%) en el índice Dow Jones, que quedó en 10.655,10]. La Bolsa de Madrid perdió al cierre el 0,03% después de bajar hasta el 0,59%.

El mercado norteamericano, con ese comportamiento, parece apostar por una subida de los tipos de interés de un cuarto de punto, a caballo entre la necesidad de enfriar la economía y la de evitar un nuevo fortalecimiento del dólar.