Tribuna:

Mítico

DE PASADAJESÚS ARIAS ¿Alguien se ha preguntado alguna vez por qué son míticos los grupos de rock y los futbolistas y no, por ejemplo, los escritores o los filósofos? ¿Y por qué no los políticos? Se suele hablar de los míticos Mick Jagger, Maradona o Jimi Hendrix, pero jamás se ha escuchado "el mítico Cervantes" o, por venirnos más cerca, "el mítico García Márquez". Y ya, con lo de "legendario", pues para qué queremos más: El Dúo Dinámico es legendario, los Sex Pistols son legendarios y hasta, si me apuran, Alaska, que no ha conseguido cantar bien en 20 años, es legendaria. No sólo legendaria...

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DE PASADAJESÚS ARIAS ¿Alguien se ha preguntado alguna vez por qué son míticos los grupos de rock y los futbolistas y no, por ejemplo, los escritores o los filósofos? ¿Y por qué no los políticos? Se suele hablar de los míticos Mick Jagger, Maradona o Jimi Hendrix, pero jamás se ha escuchado "el mítico Cervantes" o, por venirnos más cerca, "el mítico García Márquez". Y ya, con lo de "legendario", pues para qué queremos más: El Dúo Dinámico es legendario, los Sex Pistols son legendarios y hasta, si me apuran, Alaska, que no ha conseguido cantar bien en 20 años, es legendaria. No sólo legendaria, sino también mítica. Es decir, que es un mito y una leyenda. Viviente, además. Alguien apuntó por ahí que lo de mítico y legendario venía porque eran ídolos de masas que canalizaban un sentimiento, que simbolizaban un espíritu, que representaban un sentimiento. Así las cosas, y con explicaciones tales, propongo que, a partir de ahora, los periodistas le pongan los adjetivillos estos a algunos políticos. Al casi ex alcalde de Granada, Gabriel Díaz Berbel, lo de "el mítico Kiki" le vendría que ni pintado. Ha simbolizado una ciudad que tardará en olvidarlo. Dentro de treinta años podríamos hablar de él como si estuviésemos refiriendo el gol de Zarra o aquel concierto que dieron los Rolling Stones bajo la lluvia de Madrid. Se recordarán sus hazañas, míticas y legendarias, como cuando participó en un rosario de desagravio a la Virgen porque el grupo teatral Els Comediants representaba en Granada una obra titulada Demonis o cuando prometió que cogería por el cuello al consejero de Educación, Manuel Pezzi, y lo arrojaría a la fuente que hay en el centro de la ciudad. Díaz Berbel, que no es mala gente, pero que ha representado a un sector duro y soberbio de la ciudad, ha dicho que se irá si no es elegido alcalde. A Marbella, tal vez, en donde vive otro mito, Jesús Gil. Aún no se sabe qué hará, a qué se dedicará y es también incierto el futuro de su página web en Internet, ésa que le dedicó el socialista Rafael Estrella y que es un recopilatorio cronológico de todos los hechos y dichos del alcalde. ¿Y si se hiciera cantante? Tendría pleno derecho a utilizar los mismos adjetivos que Luis Aguilé. Ya sería de un mítico y legendario total. Como diría Alaska.

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