El PA compensa su caída en Sevilla con la llave de la gobernabilidad

La ley del silencio. Los dos candidatos que acarician la alcaldía de Sevilla, la popular Soledad Becerril y el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, se han atrincherado tras un férreo hermetismo sobre las alianzas poselectorales. La ajustada victoria del PP, que logró 13 ediles, uno más que los socialistas, abre un amplio abanico de pactos entre las distintas fuerzas. Sólo Alejandro Rojas-Marcos, presidente del PA y socio del PP en el último mandato, puede aventurar quién será el próximo gobernante local. Su apoyo decantará el sesgo político de la alcaldía de la capital andaluza, cuyo electo...

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La ley del silencio. Los dos candidatos que acarician la alcaldía de Sevilla, la popular Soledad Becerril y el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, se han atrincherado tras un férreo hermetismo sobre las alianzas poselectorales. La ajustada victoria del PP, que logró 13 ediles, uno más que los socialistas, abre un amplio abanico de pactos entre las distintas fuerzas. Sólo Alejandro Rojas-Marcos, presidente del PA y socio del PP en el último mandato, puede aventurar quién será el próximo gobernante local. Su apoyo decantará el sesgo político de la alcaldía de la capital andaluza, cuyo electorado apostó, por cuarta convocatoria consecutiva, por dibujar una corporación (33 concejales) sin mayorías absolutas.

Becerril y Monteseirín han adoptado la misma estrategia. Prudencia a la hora de airear sus posibles pactos. Unas declaraciones extemporáneas pueden dar al traste con sus respectivas aspiraciones y, en el mejor de los casos, dar lugar a equívocos públicos. Ambos, pues, han hecho mutis por el foro sobre posibles acuerdos posteriores. El socialista se tomó ayer un día de respiro, y la actual alcaldesa en funciones se desplazó a Madrid para asistir a la reunión del comité ejecutivo del PP. Hay, además, otra coincidencia. Los dos se han postulado claramente para presidir la corporación sevillana que recibirá al nuevo milenio y que, pase lo que pase, tendrá 13 ediles del PP, 12 del PSOE, 6 del PA y 2 de IU. Soledad Becerril reconoció ayer que gobernar en Sevilla "no será fácil" y ya, durante la campaña, repitió en varias ocasiones que creía posible una alianza de sus actuales socios con el PSOE. La candidata del PP, para defender sus aspiraciones, esgrime una razón objetiva: su formación, que ha obtenido el mejor resultado de su historia en la ciudad, ha sido la más apoyada por el electorado (118.062 votos). A su favor tiene igualmente que lleva ocho años gobernando en coalición con el Partido Andalucista. Un giro de esta formación en sus alianzas para pactar con los socialistas sería, cuando menos, difícil de explicar desde un punto de vista estrictamente municipal. Del mandato de las urnas, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín destacó, horas después de conocer el resultado, que da a su organización el mayor avance porcentual, al crecer del 28,54% hasta el 35,18% de los votos, que revelan un deseo de cambio y una nueva época. "El PSOE tendrá que ser la fuerza política que represente ese progreso que Sevilla demanda", dijo. Al candidato socialista, sin embargo, no le basta el apoyo de Izquierda Unida para sentarse en la alcaldía, dado que la mayoría absoluta se sitúa en 17 ediles y entre ambas formaciones de izquierda sólo suman 14. Monteseirín ha llegado a barajar, incluso, un acuerdo tripartito (PSOE, PA e IU), que le garantizaría una mayoría absoluta y, al mismo tiempo, tendría los ribetes progresistas que le restaría una alianza a secas con el PA. Un equilibrismo electoral que Luis Pizarro, cabeza de lista de IU, no está dispuesto a aceptar de modo alguno: "Para nosotros sería una traición al discurso que venimos haciendo entrar en un gobierno de coalición con un partido que ha significado la especulación". "Por definición filosófica es innegociable", agregó. Pizarro, que mostró su "tristeza" por el retroceso de su formación (pierde dos ediles respecto al 95, aunque sólo les separaron 400 votos de conservar tres actas), está convencido de que el PA, "sea como sea", entrará en el gobierno municipal. "No tiene otro móvil que el poder", criticó. Al ejercicio especulativo que aviva la igualdad de fuerzas entre los dos partidos más votados en Sevilla (PP y PSOE) sólo podrá ponerle coto el andalucismo. Tras la reunión de la ejecutiva nacional del PA celebrada ayer, sin embargo, no se despejó incógnita alguna. El secretario general, Antonio Ortega, sólo aclaró que habrá acuerdos locales, municipio por municipio, y descartó una alianza de alcance regional. Sobre Sevilla, al igual que hizo Alejandro Rojas-Marcos la noche electoral, dijo que no desvelarían "nada". El retroceso de su formación en Sevilla, donde pierden tres ediles, fue minimizado por Ortega. "El PA ha aportado la mayoría de ideas y trabajo, pero nos ha tocado pagar la factura", dijo. Rojas-Marcos, que permanecerá en Londres desde hoy al viernes, no compareció ayer ante los informadores en esa rueda de prensa.

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