El candidato del PP sitúa en el terreno de "la mala fe" las críticas socialistas a su gestión

VIENE DE LA PÁGINA 1 Para el candidato del PP a presidir la Generalitat, sus "primeros" cuatro años de gobierno "no han sido fáciles, pero nos presentamos con los deberes hechos y en mejores condiciones que en 1995". Tras reseñar que, en su opinión, la confianza que depositaron ese año en el PP más de un millón de valencianos "no ha sido defraudada" en la legislatura, Eduardo Zaplana acusó a los socialistas de actuar "de mala fe" cuando critican su gestión. "No puede ser ignorancia, porque no pueden ser tan tontos, que exijan ahora una autopista gratuita cuando ellos consiguieron que fuera la...

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VIENE DE LA PÁGINA 1 Para el candidato del PP a presidir la Generalitat, sus "primeros" cuatro años de gobierno "no han sido fáciles, pero nos presentamos con los deberes hechos y en mejores condiciones que en 1995". Tras reseñar que, en su opinión, la confianza que depositaron ese año en el PP más de un millón de valencianos "no ha sido defraudada" en la legislatura, Eduardo Zaplana acusó a los socialistas de actuar "de mala fe" cuando critican su gestión. "No puede ser ignorancia, porque no pueden ser tan tontos, que exijan ahora una autopista gratuita cuando ellos consiguieron que fuera la más cara de Europa", señaló. Más adelante, él mismo respondió a los interrogantes que planteaba en el discurso. "Se quejan porque les da vergüenza y no saben cómo explicar que perdieron 12 años y que nosotros hemos hecho muchas más cosas en menos tiempo", señaló. Zaplana aportó su versión de esa pérdida de tiempo: "No había nada porque no trabajaban y no les preocupaba el interés general". Frente a ese pasado, el líder de los populares valencianos destacó las obras ejecutadas durante su mandato, la ausencia de una alternativa de gobierno seria y la "demasiada intolerancia" que ha emanado de los bancos de la oposición. Fue mediado su discurso cuando Zaplana se concedió cierta licencia para elevar el tono, incluso con una tímida referencia a la corrupción. "Nadie duda de que debemos tener los mejores servicios públicos, pero éstos son para servir al ciudadano y no para colocar a amigos correligionarios en ellos". Inmediatamente después llegó su valoración de la campaña desarrollada por los socialistas. "Mientras nosotros trabajamos en positivo, el discurso ideológico del PSOE es decir que Aznar y Anguita son la misma mierda, como ha señalado Felipe González, que deja clara de esta forma la diferencia entre la renovación y el quedar anclado en el pasado más rancio". Internacional de la nostalgia Cuando los abucheos desde las gradas al ex presidente del Gobierno se lo permitieron, Zaplana dedicó un párrafo a la "clave valenciana" de esa estrategia. "Aquí han dicho que quieren tocarme la carita y mojarme la oreja". "Está claro que quieren formar la Internacional de la nostalgia", apostilló. El perfil del auditorio marcó el discurso del candidato, que dedicó especialmente a los jubilados y las amas de casa, además de la acostumbrada retahíla de logros y la disminución de la lista de desempleados, que se negó a considerar producto exclusivo de la coyuntura económica. El candidato del PP situó en el terreno de lo fundamental un triunfo electoral el próximo domingo en aras de la vertebración de la Comunidad Valenciana. "Sólo con nosotros pueden los valencianos sentirse más partícipes de un proyecto común, en una misma dirección y en defensa de los mismos intereses". La presencia de candidatos y militantes de las tres provincias hacía obligadas las referencias a los proyectos ejecutados o tramitados de norte a sur. "No tengo derecho a descansar ni un minuto, y si gano me dejaré la piel para hacer de la Comunidad Valenciana la tierra más próspera y moderna de Europa", concluyó. Anoche compartieron escenario hasta cinco candidatos del PP, aunque sólo la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, levantó al público de sus asientos. No sin antes mencionar las miles de farolas que ha instalado en las calles de Valencia "para dar brillo a esta ciudad", a ella le correspondió agriar el debate. "Lejos queda la Valencia socialista, apática, conformista y adormecida", dijo antes de preguntarse en voz alta dónde invirtieron el dinero público los socialistas, al tiempo que destacó la honradez de los candidatos populares, "que han devuelto cada peseta en obras y servicios, y no están en nuestros bolsillos, ni en cuentas corrientes en paraísos fiscales como hicieron los socialistas". En el mensaje final todos coincidieron: "el domingo, a llenar las urnas de gaviotas".

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