ELECCIONES 13-J Municipales

Los goles del alcalde

Álvarez del Manzano reparte premios de un equipo de barrio mientras promete el Museo del Deporte

La comitiva del alcalde, José María Álvarez del Manzano, desembarcó ayer en el campo de un equipo de fútbol de barrio, la Agrupación Deportiva Sporting de Hortaleza. La excusa del despliegue (al regidor le acompañan unas 20 personas todos los días) consistía en entregar los trofeos del Torneo Primavera. Antes, claro, el alcalde se dio una vuelta por el campo de tierra, apretó manos, acarició melenas de niños, saludó a los vecinos y cabeceó con estilo los balones que los más pequeños del equipo le mandaban. Después, que para eso está la campaña, el alcalde recordó a los asistentes que Hortaleza...

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La comitiva del alcalde, José María Álvarez del Manzano, desembarcó ayer en el campo de un equipo de fútbol de barrio, la Agrupación Deportiva Sporting de Hortaleza. La excusa del despliegue (al regidor le acompañan unas 20 personas todos los días) consistía en entregar los trofeos del Torneo Primavera. Antes, claro, el alcalde se dio una vuelta por el campo de tierra, apretó manos, acarició melenas de niños, saludó a los vecinos y cabeceó con estilo los balones que los más pequeños del equipo le mandaban. Después, que para eso está la campaña, el alcalde recordó a los asistentes que Hortaleza cuenta con buenas instalaciones deportivas gracias a la gestión del actual equipo de gobierno municipal y prometió el Museo del Deporte, que también se enclavará en este distrito. Entre los logros que Álvarez del Manzano mencionó se cuenta el rocódromo para escalada del parque del Querol y las pistas deportivas de las calles de Minaya y las Pedroñeras. También repitió el proyecto del gran parque de Valdebebas, que los expertos denominan la Casa de Campo del Este, pero que los vecinos no acaban de ver nunca. Y un túnel. El regidor prometió para Hortaleza uno de los cinco que construirá en la ciudad si consigue la mayoría absoluta. Discurrirá bajo la calle de Añastro. Tras esto, el alcalde se dirigió a un mercadillo, donde siguió apretando manos y saludando a la gente.Álvarez del Manzano comentó las encuestas que le otorgan la mayoría absoluta: "Son tendencias que hay que consolidar; espero que nadie se confíe y que acudan a votar". También se refirió a los sondeos que le sitúan menos apreciado que su principal competidor, el número uno de la lista del PSOE al Ayuntamiento, Fernando Morán. En este caso, el comentario se alambicó: "Esto quiere decir que los votantes del PP son más respetuosos que los de otras formaciones políticas". La teoría del alcalde es la siguiente: sus seguidores, más "respetuosos con el adversario", valoran a Morán aunque no le votan. Por el contrario, y a juicio del alcalde, los partidarios de Morán no sólo no apoyan en las urnas a Álvarez del Manzano, sino que además lo rechazan a la hora de un examen personal. El alcalde, hasta ahora, ha dado pocos mítines públicos. Prefiere, con mucho, las visitas a mercados, mercadillos, polideportivos, centros de mayores o bibliotecas. O pasear por la calle.

Amigo de hablar

Amigo de hablar con cualquiera que se acerque o acierte a pasar por su lado, a Álvarez del Manzano ya le han dicho de todo a lo largo de esta campaña electoral: en la calle de Preciados, por ejemplo, un joven punki con el pelo verde, al verse saludado de repente por un sonriente hombre trajeado que le pedía el voto, exclamó: "¡Pero qué passssssa, chaval. A ver si mejoras". Para contrapesar, un cincuentón, 20 metros atrás, cuando lo vio pasar había gritado a todo pulmón: "Eres el más vitalista del mundo".También al alcalde se le ocurren salidas de premio: hace tres días, en una biblioteca pública del distrito de Ciudad Lineal, un niño que leía un tebeo se encontró con que Álvarez del Manzano estaba detrás de él y le miraba sonriendo. El regidor, sin más ni más, le dijo al niño: "Yo voy ahora disfrazado de alcalde, pero en el fondo soy Filemón". El pequeño lector del tebeo no supo qué decir.

Las personas mayores son las más entusiastas; los adolescentes con frecuencia se asombran ("qué fuerte, el alcalde"). Y los de mediana edad, a veces, se enfadan con el tumulto: en un mercado de Tetuán una señora protestó porque con el gentío que acarrea la comitiva del alcalde era imposible adelantar con el carrito detrás. "Vayan a otro lado a hacer eso de la campaña o vengan cuando no haya gente", pidió. El alcalde disimuló. Hay incondicionales a prueba de todo: en una "comida de confraternización" (así se llaman a las comidas en las que se juntan los militantes de un mismo distrito), a la hora de los postres, un hombre que se encontraba sentado en la mesa presidencial reclamó la atención de la concurrencia golpeando con una cuchara el vaso. "Como presidente del Partido Popular en el distrito de Fuencarral-El Pardo, me arrogo la competencia de cantarle una jota aragonesa al señor alcalde", propuso. Nadie (ni el alcalde) replicó.

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