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JAIME ESQUEMBRE Dicen que el PP presenta candidatura al Ayuntamiento de Alicante. Dicen, incluso, que el partido conservador dispone de un alcaldable y otros 26 hombres y mujeres candidatos a concejales. La Junta Electoral y los boletines oficiales confirman esos rumores al haber publicado la lista oficial, y hasta es posible que tengan razón aquellos que aseguran con firmeza haberse encontrado con ellos en alguna ocasión, de forma fortuita, por la calle. Pero la realidad es que al día de hoy, cuando restan apenas 48 horas para el inicio de la campaña electoral, Luis Díaz Alperi no ha abierto...

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JAIME ESQUEMBRE Dicen que el PP presenta candidatura al Ayuntamiento de Alicante. Dicen, incluso, que el partido conservador dispone de un alcaldable y otros 26 hombres y mujeres candidatos a concejales. La Junta Electoral y los boletines oficiales confirman esos rumores al haber publicado la lista oficial, y hasta es posible que tengan razón aquellos que aseguran con firmeza haberse encontrado con ellos en alguna ocasión, de forma fortuita, por la calle. Pero la realidad es que al día de hoy, cuando restan apenas 48 horas para el inicio de la campaña electoral, Luis Díaz Alperi no ha abierto la boca ni ha participado activamente en la precampaña de su partido, protagonizada casi con exclusividad por el omnipresente Zaplana. Las primeras noticias referidas al diseño de las campañas confirman que Alicante, una vez más, es una plaza clave para alcanzar el gobierno de la Generalitat, y el PP no lo tiene nada claro. Al margen de las apariciones casi diarias del presidente, el ministro Rajoy ya se ha dejado caer por aquí. Hoy lo hará Ana Botella, que entra en circuito, y el viernes inaugura la campaña Álvarez Cascos. Aznar está reservado para el 10 de junio. El desembarco de pesos pesados no hace más que confirmar inconfesables temores y manifiestas debilidades de los candidatos locales, que en circunstancias normales, después de cuatro años en el poder, debían disponer de buena parte del protagonismo que hoy se les niega para evitar una fuga de votos. Las redacciones de los medios informativos están materialmente inundadas de convocatorias de este partido, pero en ninguna de ellas aparece el nombre de Luis Díaz Alperi, cuyo papel parece relegado a pedir el voto a los más próximos, sin que tampoco se insista en la conveniencia de ampliar su círculo de amistades. Con estos precedentes, pensar en un cara a cara con los adversarios parece toda una ingenuidad. Cuando un partido decide ocultar a su candidato, lo último que le interesa es atraer la atención ciudadana e informativa sobre él.

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