Reportaje:

Relevo forzado por la informática

La informática provocó la primera crisis en el Consell de Eduardo Zaplana. Un informe del departamento de Robótica de la Universidad de Valencia forzó la dimisión de Luis Fernando Cartagena, primer consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes del Gobierno del PP en la Generalitat. En plenas fiestas de Fallas, el 15 de marzo del pasado año, Cartagena anunciaba su dimisión después de que un informe pericial confirmara que el consejero era el titular de unas cesiones de crédito -depósitos financieros fiscalmente opacos- por valor de al menos 164 millones de pesetas constituidas en el Banc...

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La informática provocó la primera crisis en el Consell de Eduardo Zaplana. Un informe del departamento de Robótica de la Universidad de Valencia forzó la dimisión de Luis Fernando Cartagena, primer consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes del Gobierno del PP en la Generalitat. En plenas fiestas de Fallas, el 15 de marzo del pasado año, Cartagena anunciaba su dimisión después de que un informe pericial confirmara que el consejero era el titular de unas cesiones de crédito -depósitos financieros fiscalmente opacos- por valor de al menos 164 millones de pesetas constituidas en el Banco Santander en 1988, cuyos rendimientos, más de 15 millones de pesetas, no declaró a Hacienda. La dimisión de Cartagena, uno de los más íntimos colaboradores de Zaplana, había sido largamente esperada debido a su vinculación con la causa abierta contra el Banco Santander por el juez de delitos monetarios de la Audiencia Nacional Miguel Moreiras por el caso de las primas únicas. El PP cerró filas en torno al consejero y rechazó las acusaciones de corrupción que le llovieron desde los bancos de la oposición. Cartagena criticó a los socialistas, a quienes atribuyó la "difusión impúdica" de asuntos privados que afectaban a sus derechos individuales. Y, para mantener una imagen de normalidad, inmediatamente después de dimitir, aquel tercer domingo de marzo de 1998 Cartagena acudió, acompañado por Zaplana a la mascletà de la plaza del Ayuntamiento. Dos días después tomaba posesión del cargo de consejero José Ramón García Antón, que hasta entonces había sido director general de Obras Públicas. Pero Cartagena no había sido el primero en dejar uno de los departamentos más poderosos del Consell. Meses antes su consejería había registrado una baja sonada, aunque el PP le puso la sordina. El hasta entonces director general de Transportes, Claudio Solano, fue destituido de forma fulminante poco antes de la adjudicación de las obras de la línea 3 del Metro de Valencia. La razón oficial fue la "pérdida de confianza en su persona y labor."

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