La incógnita indonesia

Un año después de la caída del dictador Suharto, el régimen indonesio, controlado por el Ejército, se enfrenta a sus primeras elecciones democráticas después de 30 años amenazado por una situación social explosiva. El archipiélago atraviesa una gravísima crisis económica, derivada también de la profunda depresión registrada desde 1997 en Asia, y padece una delicada oleada de conflictos étnicos y religiosos, algunos de ellos con carácter separatista.El presidente Yusuf Habibie, un hombre de transición que alcanzó el poder hace ahora un año a la sombra del dictador, ha tratado de estabilizar un ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Un año después de la caída del dictador Suharto, el régimen indonesio, controlado por el Ejército, se enfrenta a sus primeras elecciones democráticas después de 30 años amenazado por una situación social explosiva. El archipiélago atraviesa una gravísima crisis económica, derivada también de la profunda depresión registrada desde 1997 en Asia, y padece una delicada oleada de conflictos étnicos y religiosos, algunos de ellos con carácter separatista.El presidente Yusuf Habibie, un hombre de transición que alcanzó el poder hace ahora un año a la sombra del dictador, ha tratado de estabilizar un difícil proceso hacia la democracia, rodeado de un Ejército fiel a Suharto que, sin ninguna duda, es el principal sostén del régimen. Los observadores internacionales confían en que las próximas elecciones, generales del 7 de junio, y la presión internacional puedan restablecer un auténtico sistema democrático, aunque las dudas sobre el futuro son evidentes. No obstante, el archipiélago indonesio ha seguido recibiendo durante esta etapa de transición importantes inyecciones económicas del Fondo Monetario Internacional y el apoyo de diversos países de la Unión Europea y Estados Unidos. La enorme pobreza del país y el conflicto de Timor Oriental, que amenaza con contaminar a otras regiones, constituyen dos grandes desafíos para el futuro poder indonesio. Los responsables de la resistencia timorense sostienen que la excolonia portuguesa no supone ninguna amenaza para Yakarta y sugieren que las nuevas autoridades deben descentralizar el poder y conceder autonomías administrativas para evitar conflictos étnicos y religiosos. "Timor Oriental", dice Ramos-Horta, "fue durante cinco siglos una colonia portuguesa y nunca planteó problemas a las autoridades del archipiélago".

Más información

El Parlamento salido de las urnas el 7 de junio elegirá presidente en noviembre. La máxima favorita para el cargo es Megawati Sukarnoputri, hija del fallecido Sukarno, el primer presidente de la Indonesia independiente.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En