Octavio Paz y Felipe González

Probablemente sea cierto lo que escribió de mí Octavio Paz en su aguijadora correspondencia con Pere Gimferrer: "A Goytisolo le parece bien meterse con cualquier jefe de Gobierno" (EL PAÍS, 12-5-99).Si va a decir verdad, y salvo muy contados casos, no he leído ni escuchado cosa de ningún jefe de Gobierno español o extranjero a lo largo de mi vida que pueda considerarse el fruto de una reflexión ética personal, digna, por tanto, de ser tomada en serio. El hecho fácilmente verificable de que unos pocos, al dejar el puesto, se expresen en el lenguaje de quien procura acercarse a la verdad, eludie...

Probablemente sea cierto lo que escribió de mí Octavio Paz en su aguijadora correspondencia con Pere Gimferrer: "A Goytisolo le parece bien meterse con cualquier jefe de Gobierno" (EL PAÍS, 12-5-99).Si va a decir verdad, y salvo muy contados casos, no he leído ni escuchado cosa de ningún jefe de Gobierno español o extranjero a lo largo de mi vida que pueda considerarse el fruto de una reflexión ética personal, digna, por tanto, de ser tomada en serio. El hecho fácilmente verificable de que unos pocos, al dejar el puesto, se expresen en el lenguaje de quien procura acercarse a la verdad, eludiendo la insulsa papilla de lo políticamente correcto, corrobora la justeza de mi actitud crítica y precavida.

El excelente artículo de Felipe González sobre Kosovo (A la búsqueda de la verdad perdida, EL PAÍS, 9-5-99) es así un ejemplo de esa lucidez y compasión que brillan por su ausencia en los discursos de todos los jefes de Gobierno de los países miembros de la OTAN. ¡Lástima que el político sevillano no se expresara con voz tan nítida durante los tres años y medio de silencio y aun complicidad de la Union Europea ante la bárbara purificación étnica en Bosnia! La presión del bocado de las riendas del Gobierno le impidió, no cabe duda, pensar por su cuenta.- .