183 personas viven aún en la zona más contaminada de Chernóbil

Cumplidos ayer los 13 años de la catástrofe de Chernóbil, aún hay personas que viven en las zonas que las autoridades de Ucrania ordenaron evacuar tras el más grave desastre de la historia de la energía nuclear de uso civil. La policía de Bielorrusia inspeccionó estos días pasados 454 aldeas en áreas evacuadas. Pese a las advertencias de los médicos y de las prohibiciones de las autoridades, siguen viviendo allí 183 personas, sin electricidad, teléfonos ni tiendas, en una economía de subsistencia. Ucrania y Bielorrusia, los países más afectados por la catástrofe de Chernóbil, conmemoraron...

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Cumplidos ayer los 13 años de la catástrofe de Chernóbil, aún hay personas que viven en las zonas que las autoridades de Ucrania ordenaron evacuar tras el más grave desastre de la historia de la energía nuclear de uso civil. La policía de Bielorrusia inspeccionó estos días pasados 454 aldeas en áreas evacuadas. Pese a las advertencias de los médicos y de las prohibiciones de las autoridades, siguen viviendo allí 183 personas, sin electricidad, teléfonos ni tiendas, en una economía de subsistencia. Ucrania y Bielorrusia, los países más afectados por la catástrofe de Chernóbil, conmemoraron ayer la tragedia. Las consecuencias de aquella explosión del reactor número 4 todavía se dejan sentir en cientos de miles de personas, y la estadísticas muestran que las enfermedades relacionadas con la radiactividad siguen aumentando en ambos países.

La contaminación afectó a una superficie de decenas de miles de kilómetros cuadrados en Bielorrusia, Ucrania y Rusia.

El futuro de la central de Chernóbil continúa siendo incierto. El Gobierno de Ucrania se había comprometido a cerrar definitivamente la central en el 2000, pero el año pasado anunció que no podría hacerlo hasta que no terminara de construir dos reactores en las plantas atómicas de Jmelnitski y Rovno, indispensables para reemplazar la capacidad de generación eléctrica de Chernóbil, imprescindible para Ucrania.

El presidente Leonid Kuchma repitió la semana pasada: "Chernóbil seguirá funcionando hasta que el G-7 cumpla sus promesas", es decir, hasta que los países más ricos aporten el dinero necesario para terminar los citados reactores, así como para resolver los problemas de los empleados y para construir depósitos de desechos nucleares.

Hoy, en Chernóbil, funciona sólo el reactor número 3; el 4 está bajo el sarcófago; el 2 está en régimen de espera tras un incendio ocurrido en 1991, y el 1 fue clausurado hace tres años por la presión occidental. Los peligrosos reactores del tipo Chernóbil funcionan aún en dos centrales rusas y en la única nuclear de Lituania.

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