Tribuna:PASARELA DEL CARMEN

La noche de las estolas ROGER SALAS

El primer día acabó con Theo Garrido como telonero a la buena aguja de Presen Rodríguez. Garrido, recién regresado de la Domus milanesa, baila entre las aguas de la influencia neoyorquina y un instinto postminimalista. Presen Rodríguez por su parte hace un producto convencional, discreto, de elevada factura y con combinaciones eficaces como el lino y el oro. Ayer fue jornada de aguas asentadas y propuestas variopintas. Valentín Soler, con su marca joven, propuso un brillo casual de acero superpuesto al vaquero añil, sensuales camisas blancas transparentes. Hay que destacar su traje de fiesta ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El primer día acabó con Theo Garrido como telonero a la buena aguja de Presen Rodríguez. Garrido, recién regresado de la Domus milanesa, baila entre las aguas de la influencia neoyorquina y un instinto postminimalista. Presen Rodríguez por su parte hace un producto convencional, discreto, de elevada factura y con combinaciones eficaces como el lino y el oro. Ayer fue jornada de aguas asentadas y propuestas variopintas. Valentín Soler, con su marca joven, propuso un brillo casual de acero superpuesto al vaquero añil, sensuales camisas blancas transparentes. Hay que destacar su traje de fiesta para el hombre con la chaqueta tuxedo larga de raso azul. Lo mejor hasta ahora ha sido Teresa Candela que hizo un desfile acompañado de una jazz band en directo, y donde demostró saber bien lo que quiere hacer; su proceso de creación con el punto de lino de hilaturas muy rebajadas es poético, ligero, de gran belleza. Un lino que por momentos se arruga se hace escultórico o asimétrico según el dibujo; todo ello apoyado por una gama que va del verde petróleo al blanco o al paja, y su línea apuesta por la amplitud y la comodidad. Ha sido, en fin, un debú que demuestra madurez y talento bien empleados. Luego, Carlos Haro hizo de la Cuaresma su sayo, con gruesa seda conventual morada salpicada de estrellas de David en oro viejo, y eso fue lo mejor que ofreció, pues después vino el desvarío de los ricos tejidos con una apuesta teatral donde sobraba tul y pasamanería cortinera. Aracil mostró un primer momento lúcido con sus gabardinas cortas de algodón plastificado y las saharianas de lino para luego dar un giro hacia convencionales e innecesarios trajes de alpaca. CLC hace una moda de militancia gay y sobre ello ha tejido una cruda metáfora sobre el gran psiquiátrico de la vida moderna, con un código algo hermético y amargo donde se habla de narcisismo, el sida y la muerte blanca. Francis Montesinos, que ya es un clásico, nos devolvió la alegria con una lección de energía y consecuencia estilística. Fue la noche de las estolas, tanto para hombre como para mujer, con brillantes sorpresas como la presencia del performer inglés Charlie, que lució una falda-sobre de lino con chaqueta y una Paola Dominguín exquisita al desfilar. Montesinos ha retomado las riendas de sus hallazgos pasados y sigue sorprendiendo con calidad y color.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En