Cartas al director

Libro

Leo siempre con interés la sección Plaza Menor de Moncho Alpuente y confío en que un día aparecerá el libro que recopile sus artículos sobre Madrid. Nuestra ciudad necesita visiones más actuales, desinhibidas y bien informadas, como las de Alpuente. Sin embargo, en el artículo titulado San Ginés, un pasaje entre el cielo y el infierno (EL PAÍS, lunes 22 de marzo de 1999) comete un error que me gustaría rectificar. La iglesia de San Ginés no está vinculada a la muerte del padre Francisco de Vitoria, sino al genial compositor Tomás Luis de Victoria. El gran teólogo alavés falleció en Sala...

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Leo siempre con interés la sección Plaza Menor de Moncho Alpuente y confío en que un día aparecerá el libro que recopile sus artículos sobre Madrid. Nuestra ciudad necesita visiones más actuales, desinhibidas y bien informadas, como las de Alpuente. Sin embargo, en el artículo titulado San Ginés, un pasaje entre el cielo y el infierno (EL PAÍS, lunes 22 de marzo de 1999) comete un error que me gustaría rectificar. La iglesia de San Ginés no está vinculada a la muerte del padre Francisco de Vitoria, sino al genial compositor Tomás Luis de Victoria. El gran teólogo alavés falleció en Salamanca en 1546. El compositor castellano, sin embargo, murió en Madrid el año 1611, siendo enterrado en San Ginés.Por cierto, en la placa conmemorativa que exhibe la iglesia de San Ginés, en la que se recuerda a Lope, a Quevedo y a Tomás Luis de Victoria, debería añadirse el nombre de Juan Hidalgo de Polanco -músico favorito de Calderón de la Barca, cuya ópera Celos aún del ayre matan se podrá ver en la próxima temporada del Teatro Real- bautizado en San Ginés el año 1614.-

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