El espectro de la venganza
El espectro de una guerra interna entre las diversas facciones de lealistas protestantes probritánicos se cernía ayer sobre el Ulster 24 horas después del asesinato de Frankie Curry, un extremista desertor del llamado Comando de la Mano Roja, acribillado en un ajuste de cuentas en una calle de Belfast. Curry había dicho hace poco que recibió amenazas de muerte de "antiguos amigos". Ex militante del grupo Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF), Curry era aparentemente sospechoso de pertenecer a la banda Defensores de la Mano Roja (ninguna relación con el Comando de la Mano Roja), la organizació...
El espectro de una guerra interna entre las diversas facciones de lealistas protestantes probritánicos se cernía ayer sobre el Ulster 24 horas después del asesinato de Frankie Curry, un extremista desertor del llamado Comando de la Mano Roja, acribillado en un ajuste de cuentas en una calle de Belfast. Curry había dicho hace poco que recibió amenazas de muerte de "antiguos amigos". Ex militante del grupo Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF), Curry era aparentemente sospechoso de pertenecer a la banda Defensores de la Mano Roja (ninguna relación con el Comando de la Mano Roja), la organización que se atribuyó la responsabilidad del asesinato de Rosemary Nelson en Lurgan el lunes.Una lucha intestina podría hacer trizas la tregua de la mayoría de las organizaciones paramilitares protestantes probritánicas y sumir al campo lealista en un sórdido conflicto de venganzas políticas. La UVF, que observa una tregua desde hace cuatro años, estaría intentando afirmar su autoridad en el campo lealista.