Casi trece años para volver a empezar

Los protagonistas de la escisión traumática en el verano de 1986 del partido que fundase Sabino Arana en 1895 dieron ayer un paso de gigante en la normalización de sus relaciones políticas. Aunque los portavoces de Eusko Alkartasuna están absolutamente decididos a marcar con claridad los límites de un acuerdo que definen como "puntual y excepcional", es la lógica matemática la que les ha llevado a este punto y la misma razón la que puede acabar por vencer los recelos que transformen un acuerdo puntual en algo en algo estable y de carácter permanente. La alegría de los dos partidos estaba ay...

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Los protagonistas de la escisión traumática en el verano de 1986 del partido que fundase Sabino Arana en 1895 dieron ayer un paso de gigante en la normalización de sus relaciones políticas. Aunque los portavoces de Eusko Alkartasuna están absolutamente decididos a marcar con claridad los límites de un acuerdo que definen como "puntual y excepcional", es la lógica matemática la que les ha llevado a este punto y la misma razón la que puede acabar por vencer los recelos que transformen un acuerdo puntual en algo en algo estable y de carácter permanente. La alegría de los dos partidos estaba ayer más que justificada porque la unión de sus siglas, aunque no en unas nuevas, debería funcionar como un elemento de motivación a su propio electorado. Una motivación perdida elección tras elección, y que en el actual momento, con EH y PP en alza, hacía más necesaria que nunca el acuerdo para reforzar sus intereses. Los dos partidos han necesitado casi 13 años para volver a empezar. Aunque ya han sellado dos acuerdos de legislatura en el Gobierno vasco, el pacto electoral supone comenzar a trabajar de manera conjunta por una lista única, como sucedía antes de la escisión. En este largo periodo los principales esfuerzos de sus dirigentes se han centrado en marcar las diferencias, con la excepción del alcalde de Vitoria, José Ángel Cuerda, quien en 1989 ya propuso una lista conjunta PNV-EA al Ayuntamiento de la capital alavesa. El distanciamiento fue tal que la primera entrevista entre el ex lehendakari Carlos Garaikoetxea y su sucesor, José Antonio Ardanza, se produjo el 8 de octubre de 1994, aunque ya coincidieron en enero de 1991 para firmar el Pacto de Ajuria Enea. Ahora los recelos están en vía de extinción. "Es una cuestión generacional", dijo ayer un portavoz de las juventudes del PNV.

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