Un perito califica de "quijote" al parado que quemó una sede del Inem

Carlos Torío, el parado que prendió fuego a una oficina del Inem de la calle Bravo Murillo en el verano 1997, expresó ayer su arrepentimiento ante el tribunal de la Audiencia que le juzga. "No quería herir a nadie, señor juez, póngase en mi lugar, sin trabajo, sin dinero...", comentó a los jueces cuando éstos, antes de terminar el juicio, le ofrecieron la palabra. "Yo no tenía por qué aguantar todo aquello que me estaba pasando", añadió, "llega un momento en que estallas, cuando ves que las ofertas de trabajo las dan de antemano".Los peritos forenses coincidieron en señalar que Torío no es un ...

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Carlos Torío, el parado que prendió fuego a una oficina del Inem de la calle Bravo Murillo en el verano 1997, expresó ayer su arrepentimiento ante el tribunal de la Audiencia que le juzga. "No quería herir a nadie, señor juez, póngase en mi lugar, sin trabajo, sin dinero...", comentó a los jueces cuando éstos, antes de terminar el juicio, le ofrecieron la palabra. "Yo no tenía por qué aguantar todo aquello que me estaba pasando", añadió, "llega un momento en que estallas, cuando ves que las ofertas de trabajo las dan de antemano".Los peritos forenses coincidieron en señalar que Torío no es un enfermo mental, y que fue consciente de su acción. No obstante, abundaron en las penosas circunstancias personales y económicas que llevaron al procesado a quemar el Inem. "Estaba muy quemado con su situación", señalaron. Uno de los peritos le definió como "un quijote", alguien orgulloso incapaz de "mendigar o robar".

El fiscal pide que Torío sea condenado a 25 años de cárcel por delitos de incendio con riesgo para la personas y lesiones (durante el desalojo de la oficina, una mujer sufrió heridas). Su abogado reclama la absolución porque actuó bajo enajenación mental.

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