Entender para curar

Los alumnos de una escuela de enfermería reciben clases para atender mejor a los inmigrantes

Las mujeres bosnias, sometidas al horror de la guerra, tienen tendencia a sufrir retrasos menstruales o a padecer terrores nocturnos. Los dominicanos somatizan la angustia y el insomino; las mujeres peruanas que se dedican al cuidado de ancianos presentan constantes dolores de espalda. Y las musulmanas se niegan a que las atienda un ginecólogo varón. ¿Cómo puede un enfermero que está en contacto con inmigrantes atenderlos ante casos como los descritos, si desconoce su entorno social, sus costumbres y cómo viven?, se pregunta María Victoria Antón, la directora de la Escuela de Enfermería de la...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Las mujeres bosnias, sometidas al horror de la guerra, tienen tendencia a sufrir retrasos menstruales o a padecer terrores nocturnos. Los dominicanos somatizan la angustia y el insomino; las mujeres peruanas que se dedican al cuidado de ancianos presentan constantes dolores de espalda. Y las musulmanas se niegan a que las atienda un ginecólogo varón. ¿Cómo puede un enfermero que está en contacto con inmigrantes atenderlos ante casos como los descritos, si desconoce su entorno social, sus costumbres y cómo viven?, se pregunta María Victoria Antón, la directora de la Escuela de Enfermería de la Comunidad de Madrid, con sede en Leganés. Y ella misma responde: "Conociéndolos, acercándose a ellos". Entender al otro para atenderle mejor. Con esta idea metida en la cabeza, María Victoria Antón decidió crear una nueva asignatura en 1993 para "abrir los ojos a los futuros enfermeros".

En otras palabras, sensibilizarlos ante el elevado flujo de inmigrantes que día a día buscan un sitio en España, y sobre todo, en Madrid.

La asignatura se llama Antropología y Bioética o Enfermería Transcultural. Y no es sólo una materia más. O al menos, eso es lo que transmite, con sus palabras, María Victoria Antón: "Esto va unido a un movimiento que lucha contra brotes de xenofobia. A los alumnos se les hace entender que la inmigración de ahora no es pasajera, es decir, la gente que viene lo hace para quedarse definitivamente. Nuestro reto es tratar de que se integren y de que sean atendidos correctamente", explica.

En la materia trabajan seis profesores. Todos ellos especialistas en temas de racismo, etnocentrismo y estereotipos culturales. A la clase acuden entre 65 y 70 alumnos, estudiantes de último año de carrera. La asignatura tiene una duración de 30 horas y otorga tres créditos.

Seis años estuvo María Victoria Antón inmersa en parajes exóticos de la geografía peruana. Mientras formaba a promotores de salud en ese país se dio cuenta de los constantes errores que cometía cuando, al principio, no sabía entender muchas de las señales propias que, en temas sanitarios, daban los habitantes de aquellos lugares. "Algo similar ocurre ahora en Madrid", apunta. Y es ahí donde desempeña un papel importante la enfermería transcultural. En el entendimiento al inmigrante, en saber que cada colectivo tiene una forma distinta de expresar sus estados físicos y psíquicos.

A través de las investigaciones que se han llevado a cabo, se han descubierto muchos casos a los que antes, según María Victoria, se les prestaba poca atención. Y pone otro ejemplo: "En estos tiempos un enfermero debe estar capacitado para poder aconsejarle a una mujer suramericana cuál es la mejor forma de destete".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En