Poco combustible, demasiados móviles
Desesperación una jornada más en Barajas. Los viajeros aguardaron hasta siete horas para abandonar la capital o para recoger a los familiares. Los afectados se quejaron de falta de información y de que el aeródromo no había previsto soluciones para el caos de la niebla.Un caso curioso se vivió en el puente aéreo que salió de Barcelona a las 7.35. Cuando sobrevolaba Madrid, la niebla había bajado. Por ello, el avión estuvo dando vueltas sobre la capital durante media hora. En ese momento el piloto decidió volver a Barcelona. Los pasajeros usaron sus móviles y no pararon de llamar para anunciar...
Desesperación una jornada más en Barajas. Los viajeros aguardaron hasta siete horas para abandonar la capital o para recoger a los familiares. Los afectados se quejaron de falta de información y de que el aeródromo no había previsto soluciones para el caos de la niebla.Un caso curioso se vivió en el puente aéreo que salió de Barcelona a las 7.35. Cuando sobrevolaba Madrid, la niebla había bajado. Por ello, el avión estuvo dando vueltas sobre la capital durante media hora. En ese momento el piloto decidió volver a Barcelona. Los pasajeros usaron sus móviles y no pararon de llamar para anunciar el retraso. El piloto asustó entonces al pasaje, según relató un viajero. "Bastante dificultad hay ya con el combustible, como para que encima usen los móviles e interfieran en la cabina", afirmó.
Dos minutos después el aviso fue más drástico. "Si su vecino está usando el móvil, apáguelo usted o no llegaremos a nuestro destino", concluyó. El silencio se apoderó de todo el aparato, siempre según la versión del pasajero.
Mientras tanto, un gran enfado se hacía notar en las llegadas internacionales, donde los chóferes de las agencias esperaban los vuelos transoceánicos desde la madrugada. "Nos están tomando el pelo durante toda la mañana y nos cambian las horas cada 15 minutos. ¿Qué impresión se llevarán los delegados que llegan hoy a la Feria del Turismo [Fitur], que comienza mañana?", se preguntaba Antonio Rey, un conductor que lleva 30 años de servicio en Barajas.