"Quería dinero para mi bebé", dice la prostituta que rompió aguas en la Casa de Campo

"Tuve que prostituirme porque tenía que conseguir dinero para mi bebé y porque se me iba a acabar el paro". Así se explicaba ayer la mujer de 31 años que en la madrugada del sábado, mientras esperaba clientes, rompió aguas en la Casa de Campo y, ayudada por el Samur y la Policía Municipal, dio a luz en el hospital Clínico. Madre e hijo se encuentran bien de salud y esperan que les den pronto el alta.La mujer, embarazada de siete meses, ejercía la prostitución desde hacía 10 días. Cada jornada trabajaba unas tres horas, porque no podía aguantar más tiempo de pie. Se le hinchaban mucho las piern...

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"Tuve que prostituirme porque tenía que conseguir dinero para mi bebé y porque se me iba a acabar el paro". Así se explicaba ayer la mujer de 31 años que en la madrugada del sábado, mientras esperaba clientes, rompió aguas en la Casa de Campo y, ayudada por el Samur y la Policía Municipal, dio a luz en el hospital Clínico. Madre e hijo se encuentran bien de salud y esperan que les den pronto el alta.La mujer, embarazada de siete meses, ejercía la prostitución desde hacía 10 días. Cada jornada trabajaba unas tres horas, porque no podía aguantar más tiempo de pie. Se le hinchaban mucho las piernas. Al llegar el sábado, sobre las 23.30, a la Casa de Campo empezó a sentir dolores. Se lo dijo a las otras prostitutas, que no le dieron mucha importancia. "Como llevaba poco tiempo, no conocía a nadie. Además, la gente te hace poco caso porque va a lo suyo", explicó la mujer a este periódico.

PASA A LA PÁGINA 5

Un taxista se negó a llevar a la prostituta embarazada a parir a un hospital

VIENE DE LA PÁGINA 1El tercer hijo de la mujer (tiene otros dos, de 14 y 12 años) no se hizo esperar. Unas dos horas más tarde, los dolores se agudizaron, tras lo cual rompió aguas. Las contracciones llegaban cada tres minutos. La parturienta paró un taxi para que la llevara al Clínico. El conductor se negó porque no podía garantizar que no diera a luz antes de llegar al hospital. "Llevaba dinero por si me ocurría algo. Lo que más me indignó entonces fue la falta de humanidad que demuestran algunas personas frente al dolor ajeno", se quejaba la prostituta.

Su desesperación la hizo dirigirse hacia la estación de Lago. Quería irse en metro al hospital. Los dolores se habían vuelto más fuertes. Y duraban más. En su camino se encontró un coche de la Policía Municipal. Sin dudarlo, lo paró. Los agentes avisaron por radio al Samur. "Los médicos se portaron muy bien. Tardaron menos de un minuto en venir y me atendieron con sumo cuidado", recuerda la mujer.

Nada más entrar por las urgencias del Clínico nació la criatura. A pesar de ser sietemesino, pesó 2,5 kilos y no necesitó ser ingresado en la incubadora. Le llamarán Roberto en honor a su cuñado, ya fallecido. El padre de la criatura se enteró ayer de la noticia. Los familiares de la mujer acudieron a la cárcel de Soto del Real, donde está preso por un delito contra la salud pública, para comunicar la noticia. Le quedan cinco meses para cumplir su condena y salir en libertad. De hecho, Roberto fue engendrado en Soto: los dos cumplían allí penas por tráfico de drogas.

La mujer, que está en un programa de metadona para abandonar la heroína, muestra una gran sonrisa cuando habla de su hijo: "Le han hecho las pruebas y ha nacido sin síndrome de abstinencia". Ahora anuncia que no volverá a prostituirse. Su familia le ha asegurado que no le faltará ni un plato de comida ni una cama. "Lo que más me ha costado esta semana es tener que aguantar a tanto hombre y con modos tan distintos. La necesidad de dinero y de sacar adelante a tu hijo te obliga a superar todo", explica.

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