Cartas al director

Los jardines del señor Manzano

El señor Manzano y sus correligionarios de la Junta de Distrito de Ciudad Lineal "ordenan" y "ajardinan" el parque Calero, en el barrio de la Concepción. En su afán por transformar lo que quedaba de suelo (en sentido estricto del término), transforman un parque de arena en paseos de hormigón, y, como si la velocidad y la libertad les importunaran, construyen setos longitudinales centrales en dos calles peatonales que cruzan el parque, y donde antes los niños podían correr, patinar, jugar al fútbol, baloncesto (se han cargado dos canastas) o montar en bicicleta, ahora solamente podrán pa...

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El señor Manzano y sus correligionarios de la Junta de Distrito de Ciudad Lineal "ordenan" y "ajardinan" el parque Calero, en el barrio de la Concepción. En su afán por transformar lo que quedaba de suelo (en sentido estricto del término), transforman un parque de arena en paseos de hormigón, y, como si la velocidad y la libertad les importunaran, construyen setos longitudinales centrales en dos calles peatonales que cruzan el parque, y donde antes los niños podían correr, patinar, jugar al fútbol, baloncesto (se han cargado dos canastas) o montar en bicicleta, ahora solamente podrán pasear sin mancharse los zapatos de polvo.El señor alcalde, además de atormentarnos con sus constantes movimientos de tierra, nos sigue deleitando con obras innecesarias, pavimentando el poco suelo natural que queda en los parques. Es posible que ni lo hayan hecho para contentar a su electorado, sino más bien, prisioneros del subconsciente más conservador, para poner disciplina donde todo era tierra y polvo, para poner límite a las velocidades "vertiginosas" de patines, patinetes y bicicletas, allí donde los niños disfrutaban como locos.

A este paso, si pudiera, el señor Manzano haría del Pardo o de cualquier otro espacio natural un hermoso jardín (por cierto, accesible en coche a través de un túnel) con sus encinas recortadas en formas singulares (a ser posible, con imágenes de santos y beatos), con cuidados paseos de cemento para que cualquier ciudadano pueda visitarlo en traje, sin mancharse los zapatos y por supuesto el bajo de su loden o el abrigo de cachemir (o lo que sea), a imagen y semejanza del señor alcalde cuando visita las obras (llenas de barro) de los túneles con que agujerea Madrid.

Por favor, dadme un gusto: si alguien lo lee y le ha votado, sólo por el "uniforme de visita a obras de infraestructuras viarias", no le votéis más.-

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