La muerte de un joven por la policía provoca un estallido de violencia en Francia

Dos agentes han sido arrestados y el jefe de la brigada suspendido, tras la violencia desatada en Toulouse durante la noche del domingo como reacción a la muerte por disparos policiales de un joven delincuente de 17 años. Los disturbios, que se reprodujeron ayer, han dejado una huella física y moral difícil de eliminar. Un puesto de policía, la estación del metro y la oficina de subsidios fueron arrasadas, decenas de coches incendiados y comercios saqueados.

Seis agentes resultaron heridos, tres de ellos de consideración, en los violentos enfrentamientos que los jóvenes airados de las b...

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Dos agentes han sido arrestados y el jefe de la brigada suspendido, tras la violencia desatada en Toulouse durante la noche del domingo como reacción a la muerte por disparos policiales de un joven delincuente de 17 años. Los disturbios, que se reprodujeron ayer, han dejado una huella física y moral difícil de eliminar. Un puesto de policía, la estación del metro y la oficina de subsidios fueron arrasadas, decenas de coches incendiados y comercios saqueados.

Seis agentes resultaron heridos, tres de ellos de consideración, en los violentos enfrentamientos que los jóvenes airados de las barriadas periféricas de Toulouse dieron momentáneamente por terminados a la 1,30 de la madrugada de ayer. Los barrios La Reynerie, Bellefontaine y Mirail pueden muy bien incorporarse ahora a ese largo listado de 169 áreas urbanas de Francia en las que la policía sólo penetra si cuenta con la contundente cobertura de una compañía antidistrubios.La muerte de Habib, el hijo menor de una familia de 7 hermanos de origen magrebí, se produjo a las 3,30 horas del domingo. Avisada por un vecino, una patrulla de cuatro agentes sorprendió al joven y a su cómplice cuando se disponían a huir a bordo de un BMW que acababan de robar. A falta de una versión oficial definitiva, parece que Habib y su acompañante golpearon a un agente con la puerta del vehículo y se dieron a la fuga. Una bala con trayectoria de entrada por el cuello y salida por el pecho, alcanzó al joven de 17 años, cuyo cadáver fue encontrado por un transeúnte dos horas más tarde. El proyectil que hirió mortalmente a Habid, conocido como Pipo en los ambientes juveniles de La Reynerie, fue disparado con la pistola automática de uno de los agentes. La pregunta que se hacen los inspectores encargados de la investigación es porqué la patrulla no persiguió a los huidos ni dio cuenta del caso a sus superiores. La versión policial -el disparo se produjo de forma accidental y fue precedido por un tiro de advertencia al aire-, es rechazada por los amigos de la víctima que disponen, al parecer, del testimonio del cómplice de Habib a quien la policía busca.

Una muestra de la gravedad y del trasfondo social que reviste la violencia juvenil de los barrios sensibles franceses, la aportaron ayer los vecinos de La Reynerie que justificaron abiertamente los desmanes con el argumento de que "los jóvenes no tienen otra manera mejor de expresar su malestar". Otra prueba la aportaron los alumnos del instituto de Formación Profesional, en el que estaba matriculada la víctima, que salieron a las calles del barrio para vitorear a Pipo como si se tratara de un héroe. La violencia juvenil lleva tres años extendiéndose por la geografía francesa con el agravante añadido de que sus protagonistas, hijos de las barrios que concentran a las capas más excluidas de la sociedad, familias inmigrantes en su mayoría, echan cada vez más mano de las armas.

El viernes último, un tribunal del departamento de Marne condenó a 20 años de cárcel a un joven de 21 años Karim Sedik que mató de un disparo en la nuca a un chico de su misma edad para robarle el walkman. Hace dos días, en Bobigny, un individuo asestó una cuchillada en el cuello a un hombre que se negó a darle un cigarrillo.

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