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El mercado de valores español se ha descolgado de la tendencia global, lo que equivale a sospechar, antes que admitir, que hay factores internos que así lo aconsejan. Sin embargo, nada ha cambiado en la evolución económica ni en las expectativas para que en cada sesión se produzca una subida medianamente importante, que al momento se convierte en una distribución de papel. Por segundo día consecutivo, la Bolsa ha subido más de 10 puntos para terminar con un avance de apenas dos. El lunes se perdió la subida del conjunto de las bolsas y ayer se hizo caso omiso de los descuentos.

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El mercado de valores español se ha descolgado de la tendencia global, lo que equivale a sospechar, antes que admitir, que hay factores internos que así lo aconsejan. Sin embargo, nada ha cambiado en la evolución económica ni en las expectativas para que en cada sesión se produzca una subida medianamente importante, que al momento se convierte en una distribución de papel. Por segundo día consecutivo, la Bolsa ha subido más de 10 puntos para terminar con un avance de apenas dos. El lunes se perdió la subida del conjunto de las bolsas y ayer se hizo caso omiso de los descuentos.

La contratación en el mercado continuo es alta y ayer se rozaron los 190.000 millones de pesetas, con una importante sobrecarga en las primeras horas del día, justo cuando las cotizaciones registraron los bandazos más fuertes.

Un primer análisis de este comportamiento muestra un seguimiento infantil de la tendencia de Wall Street, que al cierre del lunes había ganado más de 200 puntos, bien aprovechado por los que piensan que el recorrido alcista de los mercados puede estar próximo a su fin y que optan por deshacer sus posiciones.

En principio, no hay datos objetivos para avalar esa hipótesis, pero los bandazos de Wall Street, reflejo más o menos fiel de los datos económicos, empiezan a preocupar a algunos inversores, que no quieren volver a ceder las ganancias conseguidas hasta el momento, como ya sucedió hace un par de meses.

En el fondo de esos datos inestables que muestra la economía de Estados Unidos y de las decisiones de muchos inversores sigue latente el temor a los efectos de una crisis de la que se continúa diciendo que aún no se ha acabado.

Entre la opinión de los optimistas y la de los agoreros existe un amplio campo que permite todo tipo de decisiones y, eso sí, que lleva a una conclusión clara, como es la renovada presencia de la yolatilidad en la mayoría de los mercados financieros. [Una nueva prueba la dio ayer Wall Street con una sesión de recogida de beneficios y retroceso, tras el récord de la sesión precedente. El índice Dow Jones perdió 73, 12 puntos (0,78%), para quedar en 9.301, 15].

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