Tribuna:DE PASADA

Deskronizadores

La alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, apuesta por frenar la movida huracanada en la ciudad con una sobredosis escolar. De la firmeza de la iniciativa (de toda la firmeza que puede emanar de una reunión preliminar, de intercambio de pareceres, de contraste de opiniones, de estudio previo entre dos cargos políticos) da fe la entrevista que mantendrán hoy Becerril y el consejero de Educación y Ciencia, Manuel Pezzi, para analizar la posible apertura de colegios e institutos de Sevilla en horario nocturno. Así, los adolescentes, sobrados de aburrimiento y faltos de alternativas, podrán colgar...

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La alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, apuesta por frenar la movida huracanada en la ciudad con una sobredosis escolar. De la firmeza de la iniciativa (de toda la firmeza que puede emanar de una reunión preliminar, de intercambio de pareceres, de contraste de opiniones, de estudio previo entre dos cargos políticos) da fe la entrevista que mantendrán hoy Becerril y el consejero de Educación y Ciencia, Manuel Pezzi, para analizar la posible apertura de colegios e institutos de Sevilla en horario nocturno. Así, los adolescentes, sobrados de aburrimiento y faltos de alternativas, podrán colgarse de Internet a costa de presupuesto oficial, abandonar el botellón y la riña etílica, decir no a las drogas, engancharse a la vida y, en fin, ser felices con los clásicos teatrales o las deportivas competiciones de ajedrez que se podrían organizar de medianoche en adelante. ¡Cuán lindo paisaje! Jóvenes, que antaño marcaban su territorio por las esquinas, entregados a la tierna plantación nocturna de árboles autóctonos. Muchachos agujereados con piercing descubrirían la vigencia de Otelo en su ombligo. Quinceañeras en crisis hallarían en Internet una razón para salir el sábado noche. José Ángel Mañas se quedaría (menudo alivio) sin argumentos. Sin Kronen no habría sucesos juveniles. Los adolescentes, lejos de esa jauría que lo deja todo hecho un guiñapo los viernes y sábados de madrugada, serían educados, pacíficos y cívicos. Lo ideal sería que también fueran guapos y altos: a lo mejor la alcaldesa y el consejero pueden adoptar alguna medida al respecto en una reunión posterior. Un bando municipal, a lo mejor, bastaba para arreglar la ética y la estética de la movida. Bien mirado, un bando no lo remediaría todo. Se requeriría un plan integral que incluyese, junto a las medidas destinadas a los grupos con riesgo de irse de movida, actuaciones para paliar daños colaterales. Algo habría que hacer con las pymes noctívagas, que crean empleos y plusvalías a fuer de decibelios. Ahí podría echar una mano el Instituto de Fomento de Andalucía para animar el reciclaje sectorial de pubs, discos, tascas y demás en salas de debate juvenil, cibergimnasios o recintos de audiciones con Vivaldi y Verdi de reclamo. Con un pelín de prosa burocrática se podrían arañar algunos euros de cohesión para formación de especialistas en deskronizar a los jóvenes, que deben estar deseándolo.

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