El Barbarian Rock Festival reunió en Jerez a los fieles del "heavy metal"

Quienes insisten en certificar la defunción del llamado heavy metal recibieron el pasado sábado una respuesta contundente, la de las más de 2.000 almas que inundaron el recinto jerezano de IFECA para vibrar con los ídolos del género reunidos en el Barbarian Rock Festival. Dos escenarios instalados al efecto garantizaron una jornada sin tregua para los tímpanos, casi 10 horas ininterrumpidas de guitarras corrosivas y ritmos aplastantes. Media docena de tenderetes, desde una improvisada oficina para la donación de órganos hasta un mercadillo de artesanía, discos y ropa, se sumaron a la cita jun...

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Quienes insisten en certificar la defunción del llamado heavy metal recibieron el pasado sábado una respuesta contundente, la de las más de 2.000 almas que inundaron el recinto jerezano de IFECA para vibrar con los ídolos del género reunidos en el Barbarian Rock Festival. Dos escenarios instalados al efecto garantizaron una jornada sin tregua para los tímpanos, casi 10 horas ininterrumpidas de guitarras corrosivas y ritmos aplastantes. Media docena de tenderetes, desde una improvisada oficina para la donación de órganos hasta un mercadillo de artesanía, discos y ropa, se sumaron a la cita junto a las dos barras encargadas de abastecer al público de cerveza y comida rápida. El cartel contó con estrellas nacionales e internacionales entre las que destacaron los americanos Napalm Death, abanderados de la agresividad positiva, la desenfadada irreverencia de Mojinos Escozíos o el poderío sonoro de Soziedad Alkohólika. Ninguno de éstos, sin embargo, pudo cubrir el vacío de Motörhead, incombustibles clásicos del rock duro, que suspendieron la gira por una lesión de su guitarrista. Los verdaderos protagonistas de la noche fueron Manowar, un cuarteto que se autoproclama como "los reyes del metal".

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