Tribuna:

Jornada de desgaste

El IPC empieza a dejar de ser un referente obligado para los inversores, aunque la parte menos sensible a cualquier influencia, la tasa subyacente, continúa preocupando a los analistas. En conjunto, la inflación ha subido una décima, y se sitúa en el 1,7%, pero la tasa subyacente continúa en el 2,3%, y hasta los inversores son conscientes de que cada día se utilizan más todos esos servicios que se resisten a bajar sus precios.

El dato, debido a su aparente neutralidad., contaba con numerosas interpretaciones y los mercados de valores se inclinaron por concederle el beneficio de la duda,...

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El IPC empieza a dejar de ser un referente obligado para los inversores, aunque la parte menos sensible a cualquier influencia, la tasa subyacente, continúa preocupando a los analistas. En conjunto, la inflación ha subido una décima, y se sitúa en el 1,7%, pero la tasa subyacente continúa en el 2,3%, y hasta los inversores son conscientes de que cada día se utilizan más todos esos servicios que se resisten a bajar sus precios.

El dato, debido a su aparente neutralidad., contaba con numerosas interpretaciones y los mercados de valores se inclinaron por concederle el beneficio de la duda, lo que se tradujo en otra sesión en la que la presencia de papel era mucho más llamativa que la de dinero, aunque entre las diversas modalidades de contratación, mercado continuo y bloques a precio convenido, se negociaron 127.955 millones de pesetas.

Dentro de la dinámica de esta sesión llamaba la atención el recorte sufrido por tres valores, los bancos Bilbao Vizcaya y Santander y Telefónica, una vez más aquellos que tienen numerosos intereses en América del Sur y más concretamente, en Brasil. Un juzgado brasileño ha abierto una investigación sobre algunos negocios en paraísos fiscales del Caribe y ha requerido al presidente como presunto implicado.

La inversión internacional no ha esperado respuesta alguna y ha castigado a todo aquel que tenga alguna relación con este país, justo cuando se está a punto de solucionar el tema de las ayudas internacionales, es decir, cuando podía alejarse el fantasma de la crisis.

Las caídas de estos tres valores, y sobre todo de Santander y Telefónica, contribuyeron a desdibuja una sesión en la que los inversores no tenían nada que perder, pero que al final alejó el índice general de la zona del 800.

Como compensación, los mercados de deuda y de divisas se mostraron más o menos conformes con los niveles de precios de los días anteriores, con lo que no hubo que efectuar ajuste alguno como consecuencia de las presiones del tipo de cambio o de las rentabilidades de los bonos. La Bolsa de Nueva York cerró con una ganancia del 1,02%

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