Helguera, central por un cabreo de Bielsa

Marcelo Bielsa tenía un enfado terrible. El Espanyol, el equipo que debía servirle de escaparate en Europa -el técnico argentino aún no conocía la oferta de la selección Argentina-, intentaba colocarle a Iván Helguera, un jugador de 23 años del que no conocía casi nada. Sólo que venía del Roma, donde apenas había jugado, y que un año antes había estado en el Albacete, de Segunda División.Cuando al fin lo vio personalmente, las sospechas de Bielsa se multiplicaron: un tipo largo y flacucho, con poca pinta de futbolista. "Éste no puede jugar conmigo", se dijo al borde de la desesperación. Y ...

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Marcelo Bielsa tenía un enfado terrible. El Espanyol, el equipo que debía servirle de escaparate en Europa -el técnico argentino aún no conocía la oferta de la selección Argentina-, intentaba colocarle a Iván Helguera, un jugador de 23 años del que no conocía casi nada. Sólo que venía del Roma, donde apenas había jugado, y que un año antes había estado en el Albacete, de Segunda División.Cuando al fin lo vio personalmente, las sospechas de Bielsa se multiplicaron: un tipo largo y flacucho, con poca pinta de futbolista. "Éste no puede jugar conmigo", se dijo al borde de la desesperación. Y acudió decidido a las oficinas: "No quiero a Iván Helguera, búsquenle equipo". El Espanyol le comentó que ya no era posible y que, además, como se trataba de una cesión, tampoco era tan importante.

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Bielsa fue sincero, extremadamente crudo, con el jugador: "Que sepa que está aquí porque me lo han impuesto, pero yo no cuento con usted. Usted verá si le interesa continuar o buscarse otro equipo".

Iván Helguera, ese jugador de aspecto tan frágil, había jugado toda su vida de centrocampista organizador.

Y al técnico argentino, todavía molesto con el asunto, se le ocurrió una idea maquiavélica para el primer partido de pretemporada: colocar a Helguera de lateral izquierdo. Así se notarían más las supuestas carencias, y el club lo mismo cambiaba de idea.

Pero no, Iván Helguera jugó de cine, interpretando correctamente los movimientos que quería el entrenador, cortando la pelota con acierto y dándole luego una salida soberbia. Bielsa tardó diez minutos en cambiar su opinión. Pretendía una jugarreta y se encontró con una solución: ya tengo central.

Empezó a probar a Helguera junto a Pochettino en el corazón de la defensa, y acabó convencido. Llegó la cita clave de la pretemporada del Espanyol, el viaje a Turín para medirse al Juventus, y Bielsa terminó, tras el 0-1, sencillamente cautivado por el jugador: "Ha estado imperial. Es una delicia verle jugar ahí". Desde entonces, cuando a Bielsa se le preguntaba por un jugador, siempre respondía lo mismo: Iván Helguera.

Ayer, el futbolista cántabro fue llamado por vez primera para la selección. Y seguro que cuando se enteró se acordó de Bielsa, el entrenador que paradójicamente, por no creer en él, lo catapultó.

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