El PP oculta la caída de Cascos con la excusa de que nunca "cocinó" los congresos

El final de Francisco Álvarez Cascos en el PP se prevé complicado y traumático. El debate sobre su relevo en la Secretaría General amenaza con acaparar al menos los meses previos al congreso nacional del partido pese a que su presidente, José María Aznar, pretendía una discusión ideológica sobre su proyecto de giro al "centro reformista". El PP se movilizó ayer para amortiguar las interpretaciones sobre la fulgurante caída de Cascos, por no estar en los preparativos del congreso, con el argumento de que ése nunca ha sido su cometido. Él mismo dijo que jamás ha estado en esa "cocina".

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El final de Francisco Álvarez Cascos en el PP se prevé complicado y traumático. El debate sobre su relevo en la Secretaría General amenaza con acaparar al menos los meses previos al congreso nacional del partido pese a que su presidente, José María Aznar, pretendía una discusión ideológica sobre su proyecto de giro al "centro reformista". El PP se movilizó ayer para amortiguar las interpretaciones sobre la fulgurante caída de Cascos, por no estar en los preparativos del congreso, con el argumento de que ése nunca ha sido su cometido. Él mismo dijo que jamás ha estado en esa "cocina".

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En unas declaraciones a TVE, Álvarez Cascos aseguró que no va a "combatir las opiniones" que consideran que Aznar le ha excluido de la organización y ponencias del próximo congreso del PP por haber perdido confianza en él. "Yo me limito a recordar los datos, y los datos son tozudos", dijo el vicepresidente, quien recordó que "el secretario general del PP nunca ha estado en la comisión organizadora de ningún congreso".El interrogante sobre el futuro de Álvarez Cascos sigue abierto. En los últimos días pierde fuerza en diversos sectores del partido su supuesto interés por una vicepresidencia ejecutiva de nueva creación. Ese cargo nunca ha agradado a José María Aznar y, según fuentes cercanas a Cascos, el vicepresidente primero tampoco es partidario de inventarse ese puesto y se contentará, pues, con ejercer de segundo del Gobierno.

Desde la dirección del PP y el entorno del propio Cascos se insistió mucho ayer en que el secretario general nunca ha jugado un papel directo en los congresos. Así, se aportaban en ese sentido los datos relativos a la composición de los últimos cónclaves para rebatir la tesis de que ahora ha sido especialmente marginado. En realidad, pocos ponen en duda en el PP que Cascos está sentenciado, pero no por esa razón.

El análisis de los comités de organización de anteriores convenciones e incluso el de los principales ponentes revela que, efectivamente, Cascos no ha figurado jamás en esas quinielas.

El estudio detallado de los componentes de los comités organizadores de los tres últimos congresos ratifica asimismo que Aznar se reserva las sorpresas para los puestos de presidente y vicepresidente. Más del 70% del resto de los miembros se repite por razones de reparto de funciones en el aparato o por cuestiones territoriales. La única inclusión personal que Aznar aportó a la lista de vocales que el actual coordinador, Ángel Acebes, le llevó a La Moncloa hace bastantes semanas fue la del presidente de ese comité de notables, Pío García Escudero, un político de su máxima confianza desde su época al frente de la Junta de Castilla y León.

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Aunque no aparezca entre los ponentes, Aznar también concede trascendencia al encargo a Mariano Rajoy para coordinar el programa-marco del partido en las próximas municipales y autonómicas. Y se subraya el hecho de que Eugenio Nasarre haya abandonado el cargo de secretario general de Educación para depurar las cuatro ponencias políticas del congreso, que el propio Aznar resumirá en su discurso final.

En la figura de García Escudero, presidente del PP de Madrid y portavoz en el Senado, se concitan además múltiples interpretaciones. Su imagen, aún bastante desconocida, puede resultar tan moderada, de centro y versátil como para ocupar cualquier responsabilidad. Como la de Acebes. García Escudero podría ser nombrado incluso presidente del Senado si el PP designa a Juan Ignacio Barrero candidato a la Junta de Extremadura.

García Escudero es además uno de los políticos más emergentes en la organización de Madrid, que preparará el congreso que se celebrará a finales de enero. Y por esa razón podría resultar un contrapeso a las presuntas aspiraciones presidenciales de Alberto Ruiz-Gallardón, con el que comparte más afinidades que diferencias. El presidente de la Comunidad de Madrid se limitó ayer a comentar, sobre su ausencia entre los destacados del congreso, que la noticia habría sido su presencia.

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