2.800 millones de gasto extra al año en combustible
La Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que integra a cerca del 90% de las compañías que operan en el aeropuerto de la capital, ve, gacias a la nueva pista,una oportunidad siempre apetecible: mejorar su rentabilidad comercial, condicionada inevitablemente por la saturación que sufría el aeródromo madrileño.Sin embargo, no todo son alegrías con las instalaciones que esta madrugada levantaron el vuelo. Esos más de cuatro kilómetros que separan las obras ahora finalizadas de la terminal existente constituyen la principal fuente de lamentos para estas empresas, preocupadas por las molestias que sufr...
La Asociación de Líneas Aéreas (ALA), que integra a cerca del 90% de las compañías que operan en el aeropuerto de la capital, ve, gacias a la nueva pista,una oportunidad siempre apetecible: mejorar su rentabilidad comercial, condicionada inevitablemente por la saturación que sufría el aeródromo madrileño.Sin embargo, no todo son alegrías con las instalaciones que esta madrugada levantaron el vuelo. Esos más de cuatro kilómetros que separan las obras ahora finalizadas de la terminal existente constituyen la principal fuente de lamentos para estas empresas, preocupadas por las molestias que sufrirá el pasaje y por el sobrecoste económico que acarrea esta circunstancia. A fuerza de sumar kilómetros en cada operación, las compañías calculan que habrán de gastarse unos 2.800 millones de pesetas anuales más en su factura de combustible.
Además, la operación de planeo en el aterrizaje es un poco más prolongada con la nueva pista, lo que también se traduce en un consumo extra.