EL JUICIO DEL 'CASO BANESTO'

Un ex director de Banesto en Andalucía dice que entregó dinero y talones para Mario Conde

Diego Fuentes, ex director regional de Banesto en Andalucía Occidental, declaró ayer que hizo entrega de importantes cantidades en metálico y en cheques a Mario Conde por "instrucciones del presidente o de su secretaría". Fuentes desmintió así la versión de Mercedes Rodríguez, secretaria de Conde en Banesto, quien habló de una entrega de talones para convertir en efectivo. Fuentes ha documentado esas entregas, según dijo, "para cubrir su responsabilidad". Elena García Baquedano, empleada de Arturo Romaní, admitió haber entregado bolsas de dinero para hacer "inversiones".

Ayer, la ronda ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Diego Fuentes, ex director regional de Banesto en Andalucía Occidental, declaró ayer que hizo entrega de importantes cantidades en metálico y en cheques a Mario Conde por "instrucciones del presidente o de su secretaría". Fuentes desmintió así la versión de Mercedes Rodríguez, secretaria de Conde en Banesto, quien habló de una entrega de talones para convertir en efectivo. Fuentes ha documentado esas entregas, según dijo, "para cubrir su responsabilidad". Elena García Baquedano, empleada de Arturo Romaní, admitió haber entregado bolsas de dinero para hacer "inversiones".

Más información

Ayer, la ronda de declaraciones comenzó con José Luis Fernández Company, de la sociedad Beta Cero, que intervino en la ejecución de varios contratos, como el de la operación cementeras por ejemplo. El testigo, jubilado en Banesto hace tres años, no recordaba la mayor parte de las preguntas. En la mayoría de los casos dijo que cumplía instrucciones de Arturo Romaní, tanto en lo que se refiere a las cementeras como a la operación warrants de Carburos Metálicos, de 1989, y al pago de facturas de las sociedades de cartera, las llamadas isas, en abril de 1990. Se trata de un paquete de facturas superior a 700 millones de pesetas abonados por cada una de las cuatro sociedades al abogado Peter Widmer, letrado entonces de Jacques Hachuel. "Si se pagaron esas facturas sería por instrucción del señor Romaní", dijo.Más tarde, a preguntas de José Rofes, letrado de Romaní, el testigo dijo que no le constaba exactamente la orden de Romaní, pero en varios casos señaló que las operaciones no hubieran podido realizarse sin la autorización de Romaní. En otras palabras, del hombre fuerte del grupo industrial primero y de la Corporación Industrial después.

Fue Diego Fuentes, director regional de Andalucía Occidental, sustituto de Pascual Díez de Rivera, quien dio detalles sobre las entregas de dinero en metálico a Mario Conde cuando éste iba a su finca de Sevilla, Los Carrizos de Castilblanco. "Mercedes Rodríguez, secretaria de Conde, me ponía sobre aviso y me enviaba por sobre dinero en metálico unas veces y cheques otras. Lo he documentado todo porque era poco corriente, nunca había hecho algo así y quería poder responder de esas entregas", dijo.

Fuentes precisó entregas en efectivo: una de 50 millones de pesetas y otra de 28 millones; y en cheques, una partida de cheques para convertir en 100 millones de pesetas y otra partida para transformar en 70 millones. A estas cantidades se agrega una partida de 20 millones del mes de junio de 1991. Según explicó, Mercedes Rodríguez le enviaba sobres a través del jefe de seguridad de Banesto, Victor Varela, y unas cartulinas relacionadas con las entregas. "Luego, tras recibir el dinero, yo llamaba a Mercedes, con quien hablaba frecuentemente, y le decía que lo había recibido", dijo. El dinero se entregaba a Gonzalo del Río, administrador de la finca Los Carrizos de Castilblanco. Según los rastreos de la policía judicial, hay cheques y talones que proceden de la sociedad Data Transmission Systems, que obtuvo los beneficios de la presunta estafa llamada operación cementeras.

Ayer por la tarde declararon, asimismo, José Luis Fuertes, testaferro utilizado por Romaní en la sociedad Apolo Inversiones y Servicios, instrumental que canalizó dinero para Conde en forma de un préstamo, en 1994. Según Fuertes, él prestó su nombre porque se lo pidió Romaní. "No quería a nadie de su entorno y me pidió que le ayudase. Yo nada supe de Apolo ni de sus operaciones, que las decidía Francisco Cuesta", dijo. Cuesta, administrador de Conde, precisamente, declaró lo contrario de Fuertes.

Le siguió a Fuertes la empleada de Romaní Elena García Baquedano, quien explicó que Romaní actuaba "en coordinación" con Jaime Domingo Cedeño, presunto empresario panameño y quien, según la coartada de Romaní y de Conde, es el destinatario de los 1.500 millones (más 1.500 millones adicionales por presunta pérdida de los primeros) obtenidos en la operación cementeras. Cuando se le preguntó a García Baquedano por qué no había hablado de Cedeño y de todo lo que sabía de la operación durante su declaración ante el juez instructor, contestó que no se lo habían preguntado. También admitió García Baquedano que dispuso del dinero de las sociedades Data Transmission Systems y Gay Cordon sin tener poderes para ello. "Debía existir algún documento de autorización, pero no recuerdo. Yo no lo conservo".

Elena García Baquedano dijo que había entregado, en el bufete de Arturo Romaní, en la madrileña calle de Conde de Aranda, dinero en bolsas, según declaró José María Sabau Graziati, director financiero de Banesto Lombardía Lacaci. ¿Para qué era el dinero? "Para realizar inversiones". Recordó también haber viajado a Barcelona y volver con una bolsa de dinero.

Archivado En