ELECCIONES EN EL PAÍS VASCO

Una campaña condicionada por la tregua de ETA

La tregua indefinida de ETA ha marcado la campaña electoral vasca al centrarla en el debate sobre el modelo de Estado y las relaciones entre el País Vasco y el resto de España. Este debate lo abrieron los nacionalistas al suscribir en bloque la llamada Declaración de Estella, respaldada por la banda terrorista, a tan sólo un mes del inicio de la contienda electoral.El debate estaba aplazado en Euskadi a causa del terrorismo. Los partidos democráticos lo creyeron improcedente -desde la Declaración de Ajuria Enea de enero de 1988- porque habían concluido que ofrecía argumentos políticos a la vio...

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La tregua indefinida de ETA ha marcado la campaña electoral vasca al centrarla en el debate sobre el modelo de Estado y las relaciones entre el País Vasco y el resto de España. Este debate lo abrieron los nacionalistas al suscribir en bloque la llamada Declaración de Estella, respaldada por la banda terrorista, a tan sólo un mes del inicio de la contienda electoral.El debate estaba aplazado en Euskadi a causa del terrorismo. Los partidos democráticos lo creyeron improcedente -desde la Declaración de Ajuria Enea de enero de 1988- porque habían concluido que ofrecía argumentos políticos a la violencia etarra.

La campaña electoral, vista desde Euskadi, se ha desarrollado como si ETA hubiera depuesto definitivamente las armas, algo que aún no ha anunciado. El propio portavoz de Euskal Herritarrok (EH), Arnaldo Otegi, animó el debate al asegurar que la campaña y sus resultados no iban a condicionar para nada a la banda en su decisión de mantener la tregua.

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La percepción de los partidos vascos es que ETA tiene muy difícil la vuelta al terrorismo. Haría trizas el esfuerzo de Otegi y EH por ofrecer una nueva cara y hundiría su imagen de autoridad en el disperso mundo de la izquierda abertzale que ha ofrecido en esta campaña.

Tampoco es baladí la espada de Damocles de los tribunales que pesa sobre algunos caracterizados dirigentes de EH. La ruptura de las conversaciones de Argel, en 1989, terminó con el confinamiento a Santo Domingo de los interlocutores de ETA con el Gobierno. Una hipotética ruptura de la tregua, además de la decepción profunda de antiguos votantes de HB, que han recobrado la ilusión, acabaría previsiblemente con algunos dirigentes de EH ante los tribunales. A fin de cuentas, la tregua tiene su origen en las actuaciones judiciales y policiales, animadas por la enorme marea popular contra el terrorismo desatada en julio de 1997 tras el asesinato del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco.

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