El 11% de los jóvenes madrileños se confiesa racista, según un estudio

Los jóvenes madrileños son menos racistas que los que viven en otras ciudades europeas, debido a que el número de inmigrantes también es menor. Con todo, aún existe un 11% de escolares que se declara racista y votaría a un partido de extrema derecha, al estilo del Frente Nacional de Le Pen en Francia. El dato figura en un estudio del profesor de Antropología Tomás Calvo Buezas, que ayer presentó ante la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales de la Cámara regional. Calvo Buezas apuntó que la mayoría de los jóvenes es solidaria, abierta y tolerante, "pero también hay un grupo de xenófobos...

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Los jóvenes madrileños son menos racistas que los que viven en otras ciudades europeas, debido a que el número de inmigrantes también es menor. Con todo, aún existe un 11% de escolares que se declara racista y votaría a un partido de extrema derecha, al estilo del Frente Nacional de Le Pen en Francia. El dato figura en un estudio del profesor de Antropología Tomás Calvo Buezas, que ayer presentó ante la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales de la Cámara regional. Calvo Buezas apuntó que la mayoría de los jóvenes es solidaria, abierta y tolerante, "pero también hay un grupo de xenófobos y racistas hacia el que debe dirigirse toda la acción educativa". El referido 11% de intolerantes manifiesta que, si de ellos dependiera, echaría de España a los marroquíes y a los africanos.

La tendencia en el terreno del racismo militante es descendente desde 1993, pero de una manera aún muy leve. Así, mientras que el porcentaje de jóvenes favorables a expulsar del país a los gitanos pasó de un 11,4% en 1986 a un 30,8% en 1993, en 1997 se redujo al 27%. El rechazo hacia los árabes descendió del 26% al 24% en los cuatro últimos años, mientras que el odio a los negros africanos pasó del 14,1% al 12,9% en idéntico periodo.

El antropólogo que ayer comparecía en la Asamblea indicó que en Madrid, como en el resto de grandes núcleos urbanos, se acentúan al tiempo las tendencias a la intolerancia y a la solidaridad. Calvo Buezas explicó que las grandes ciudades favorecen la actuación de los grupos violentos y racistas, pero también potencian la apertura a la diversidad y a la solidaridad.

El profesor universitario atribuyó esta discreta disminución del racismo a la labor de las ONG y las asociaciones de inmigrantes. Agregó que al fenómeno también han contribuido las escuelas, la Administración y los medios de comunicación, que han convertido al racismo en algo políticamente incorrecto. Respecto a los grupos que despiertan mayor rechazo, Calvo señaló que sigue siendo el de los gitanos, seguido por el de los árabes y los negros africanos.

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