La tregua de ETA aún despierta optimismo, pero baja la euforia inicial

Cuatro semanas después de que ETA anunciase una tregua indefinida, el hecho sigue originando una sensación de confianza y esperanza en la clara mayoría absoluta (61%) de los vascos. Pero la creciente y cada vez más matizada toma de conciencia de los posibles problemas y dificultades del proceso tiende a ir corrigiendo a la baja el optimismo: hace apenas dos semanas se declaraban esperanzados el 67%, y hace un mes el 73%. En cambio, quienes ahora se declaran escépticos duplican a quienes se manifestaban en ese sentido hace un mes (35% frente a 19%). La creciente constatación de los múltipl...

Cuatro semanas después de que ETA anunciase una tregua indefinida, el hecho sigue originando una sensación de confianza y esperanza en la clara mayoría absoluta (61%) de los vascos. Pero la creciente y cada vez más matizada toma de conciencia de los posibles problemas y dificultades del proceso tiende a ir corrigiendo a la baja el optimismo: hace apenas dos semanas se declaraban esperanzados el 67%, y hace un mes el 73%. En cambio, quienes ahora se declaran escépticos duplican a quienes se manifestaban en ese sentido hace un mes (35% frente a 19%). La creciente constatación de los múltiples escollos y dificultades que, pese a la generalizada ilusión, sigue presentando la concreta realidad cotidiana, sin duda matiza a la baja el llamativo ambiente de euforia inicial.

El 83% de la ciudadanía vasca se muestra de acuerdo en que, como contrapartida a la tregua, el Gobierno central debería acercar a los presos de ETA al País Vasco. Y un porcentaje asimismo mayoritario, si bien algo menos contundente (61%), estima que debería excarcelar selectivamente a algunos presos etarras.

A cambio del abandono definitivo de las armas por ETA, el 61% de los vascos entrevistados estaría de acuerdo en cambiar el actual Estatuto de Autonomía por otro nuevo, y el 62% en cambiar la Constitución española para introducir en la misma el reconocimiento del derecho de autodeterminación para el País Vasco.

Estos amplios porcentajes no son, sin embargo, resultado de un generalizado rechazo de ambos textos legales: en realidad, tan sólo algo más del 10% de los ciudadanos vascos consideran que ambos constituyan caminos agotados.

Para una clara mayoría -el 45% en el caso de la Constitución, el 46% en el caso del Estatuto- ambos marcos constituyen caminos que necesitan reformas. Y en todo caso son dos veces más numerosos quienes los consideran instrumentos aún válidos para lograr la pacificación de Euskadi que quienes les niegan toda validez.

La posibilidad de un indulto para todos los miembros de ETA sigue provocando en cambio más rechazo (47%) que aceptación (38%). El rechazo a esta posible contrapartida es especialmente frecuente entre los votantes del PP (75%), del PSE/PSOE (68%) y de IU-EB (57%); entre los votantes de PNV y EA se registra una ligera mayoría favorable, no muy lejana de la división de opiniones: 46% frente a un 35% entre los votantes del PNV, 46% frente a un 44% entre los de EA; tan sólo entre los votantes de HB predominan masivamente los partidarios de esta posible medida (93%).

En cuanto al tema de la autodeterminación del País Vasco, el 54% de los entrevistados -por-centaje que sube hasta el 74% entre los votantes del PNV y al 81% entre los de Herri Bata-suna- considera que es algo que debe tratarse sólo en el ámbito de Euskadi.

En cambio predomina, pero con distinta intensidad, la idea de que ésta es una cuestión en la que tienen que intervenir también los ciudadanos y partidos españoles entre los votantes de PSE/PSOE (72%), UA (69%), IU-EB (59%) y PP (41%).