Aeróbic al por mayor

La plaza Mayor se transformó ayer en una inmensa pista de aeróbic. Más de medio millar de deportistas de todas las edades (los hubo de apenas cinco años hasta mayores de 65) tonificaron su musculatura sobre los adoquines del emblemático foro. Se trató de una actividad más dentro de la celebración de la XIV Semana del Corazón.

El ritmo de la música-disco contagió a muchos viandantes que, de paisano -es decir, sin el chándal de gimnasia- se sumaron a la macrofiesta. Fue el caso de Julia, una austriaca de 20 años que estudia ciencias económicas en la Universidad Carlos III y es profeso...

La plaza Mayor se transformó ayer en una inmensa pista de aeróbic. Más de medio millar de deportistas de todas las edades (los hubo de apenas cinco años hasta mayores de 65) tonificaron su musculatura sobre los adoquines del emblemático foro. Se trató de una actividad más dentro de la celebración de la XIV Semana del Corazón.

El ritmo de la música-disco contagió a muchos viandantes que, de paisano -es decir, sin el chándal de gimnasia- se sumaron a la macrofiesta. Fue el caso de Julia, una austriaca de 20 años que estudia ciencias económicas en la Universidad Carlos III y es profesora de aeróbic en su país natal. "Una amiga me dijo que había escuchado en la radio que iba a haber una clase de aeróbic en la plaza Mayor y me pareció una idea preciosa", explicó.

A Encarnación, una deportista de 74 años, le supo a poco la gimnasia matinal que había hecho nada más despertarse y sin quitarse el camisón en su domicilio. Por eso, aunque la clase le pilló de sorpresa mientras paseaba, seguía el ritmo con falda larga y zapatos de tacón bajo.

Para evitar cualquier tipo de sustos, la Fundación Española del Corazón dispuso una carpa donde los participantes, antes de sudar la camiseta, tenían la oportunidad de revisar su ritmo... cardiaco.