Claveles para Vera y Barrionuevo

"Los medios de comunicación los habéis olvidado, pero la gente no". Para demostrar que Rafael Vera Esquiva, de 28 años, hijo de Rafael Vera Fernández-Huidobro, tiene razón, los socialistas andaluces se proponen reunir hoy a 5.000 personas ante la Prisión Provincial de Guadalajara, donde cumplen condena desde hace un mes y una semana los dos máximos responsables del Ministerio del Interior en el primer gobierno del PSOE. Como cada sábado, a las 11,15 de la mañana, Rafael, acompañado por Marta, Nacho y Pablo, los hijos del ex ministro José Barrionuevo, cruzarán la puerta de la cárcel para v...

"Los medios de comunicación los habéis olvidado, pero la gente no". Para demostrar que Rafael Vera Esquiva, de 28 años, hijo de Rafael Vera Fernández-Huidobro, tiene razón, los socialistas andaluces se proponen reunir hoy a 5.000 personas ante la Prisión Provincial de Guadalajara, donde cumplen condena desde hace un mes y una semana los dos máximos responsables del Ministerio del Interior en el primer gobierno del PSOE. Como cada sábado, a las 11,15 de la mañana, Rafael, acompañado por Marta, Nacho y Pablo, los hijos del ex ministro José Barrionuevo, cruzarán la puerta de la cárcel para ver durante 45 minutos a sus padres, a través del grueso cristal del locutorio. A continuación, se trasladarán a un parque público, adjunto al muro de la prisión, donde está previsto que el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, se dirija a los congregados. La elección de este parque como lugar de concentración obedece a un doble motivo: de un lado, molestar lo menos posible a los vecinos del barrio; de otro, hacer llegar su voz de solidaridad a los dos reclusos, cuyo módulo se encuentra en esa parte del centro penitenciario. "Nos han dicho que nos oyen a través del muro cada sábado y eso les da ánimo", explica el hijo del ex secretario de Estado para la Seguridad.

Fue la esposa de Felipe González, Carmen Romero, quien tuvo una idea que ya se ha convertido en ritual: arrojar claveles por encima de la tapia y sembrar con ellos el patio donde los dos presos han pintado un mural del Guernica.

Aunque Rafael Vera junior insiste en el carácter espontáneo de la movilización, las Juventudes Socialistas se han encargado de canalizarla, para evitar que algunos sábados vaya mucha gente y otros, nadie. Las federaciones regionales y las agrupaciones locales acuden a Guadalajara por riguroso turno y la que no sea capaz de cumplir las expectativas de asistentes se juega su prestigio.

Otras formas de solidaridad son menos visibles: Rafael Vera asegura que su padre y Barrionuevo han recibido más de 2.000 cartas y las contestan todas sin excepción. Algunas son especialmente significativas: la hija de un militante socialista de Jerez les mandó una copia del texto que escribió su padre antes de ser fusilado, en 1941; y un profesor de secundaria de Córdoba les confesó que se afilió al PSOE el día en que ellos ingresaron en la cárcel.

Los hijos de Barrionuevo y Vera no pedirán el indulto para sus padres, porque "su decisión ha sido clarísima", pero esperan que el tiempo acabe demostrando su inocencia. "Si hace falta", afirma Rafael, "acudiremos a la cárcel cada sábado durante diez años, tanto si llueve como si nieva, aunque nos quedemos solos".