Cartas al director

Cuatro gotas

Madrid. Plaza de Colón. Jardines del Descubrimiento. Con cuatro gotas de lluvia se encharca buena parte del paseo peatonal.Transitar por él sin mojarse las canillas requiere la agilidad y la pericia de un Bob Beamon. Extremo del paseo, entre Serrano y Goya. Baldosas que bailan, que sobresalen, que se hunden. Con salientes contundentes, esquinazos punzantes, hendiduras a la medida de los tacones, tornillos camuflados.

Una montaña rusa de la que sólo los tobillos funámbulos salen indemnes. La plaza es frecuente objeto de mercadeo, el último con una televisión.

Dejar el suelo transi...

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Madrid. Plaza de Colón. Jardines del Descubrimiento. Con cuatro gotas de lluvia se encharca buena parte del paseo peatonal.Transitar por él sin mojarse las canillas requiere la agilidad y la pericia de un Bob Beamon. Extremo del paseo, entre Serrano y Goya. Baldosas que bailan, que sobresalen, que se hunden. Con salientes contundentes, esquinazos punzantes, hendiduras a la medida de los tacones, tornillos camuflados.

Una montaña rusa de la que sólo los tobillos funámbulos salen indemnes. La plaza es frecuente objeto de mercadeo, el último con una televisión.

Dejar el suelo transitable es otra historia, se conoce que imposible. Cómo cruzarlo es tarea de decatletas, venga saltos, carreras, contorsiones y equilibrios, y como la Policía Municipal suele rondar la zona, quisiera saber si, en adelante, los saltos de dolor ante el esguince, o los de longitud para vadear charcos, serán motivo de multa y reconvención municipal.-

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