Cartas al director

Motos y autoridad

¿Puede saberse qué es lo que está impidiendo a las autoridades municipales de Madrid ejercer su autoridad con los conductores de motocicletas? Cualquier observador habitual de las escenas matritenses puede ver cómo ya forman parte de nuestra realidad urbana las motos circulando por las aceras, por direcciones prohibidas y por pasos de cebra.Para más inri, no existen para muchas de ellas semáforos lo suficientemente rojos como para hacerlas parar, y no se privan de obsequiar a los atribulados viandantes con un exceso de decibelios, la mayor parte de las veces insufrible. Sus conductores, infa...

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¿Puede saberse qué es lo que está impidiendo a las autoridades municipales de Madrid ejercer su autoridad con los conductores de motocicletas? Cualquier observador habitual de las escenas matritenses puede ver cómo ya forman parte de nuestra realidad urbana las motos circulando por las aceras, por direcciones prohibidas y por pasos de cebra.Para más inri, no existen para muchas de ellas semáforos lo suficientemente rojos como para hacerlas parar, y no se privan de obsequiar a los atribulados viandantes con un exceso de decibelios, la mayor parte de las veces insufrible. Sus conductores, infatigables repartidores de pizzas, documentos, paquetes o lo que se tercie, trabajan a destajo sobre unas motocicletas a veces tan precarias que difícilmente soportarían la más ligera revisión de una estación de ITV. Dentro del panorama anterior vemos también cómo los agentes municipales se dedican a regular el tráfico, a multar coches por aparcar en doble fila o a informar a cualquiera que tenga problemas con el callejero. Son parte de sus funciones y las hacen muy bien, pero ¿por qué se quedan ahí?, ¿por qué pasan absolutamente de los motoristas?-

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