Entrevista:

"El gran proyecto urbanístico de Barcelona es la transformación de Poblenou""

Mañana hará un año que Joan Clos accedió a la alcaldía de Barcelona dejando atrás la larga etapa de Pasqual Maragall. En su discurso de toma de posesión el alcalde insistió en una idea, su proyecto para la ciudad: que Barcelona se convierta en una de las capitales europeas de las nuevas tecnologías, la que puede convivir dentro del entramado de la ciudad y cohabitar con el uso residencial porque es limpia. La investigación, las telecomunicaciones y la informática. Un año después, un alcalde con más tablas, es optimista. Pregunta. ¿Que Barcelona sea una capital de la industria del conocimiento...

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Mañana hará un año que Joan Clos accedió a la alcaldía de Barcelona dejando atrás la larga etapa de Pasqual Maragall. En su discurso de toma de posesión el alcalde insistió en una idea, su proyecto para la ciudad: que Barcelona se convierta en una de las capitales europeas de las nuevas tecnologías, la que puede convivir dentro del entramado de la ciudad y cohabitar con el uso residencial porque es limpia. La investigación, las telecomunicaciones y la informática. Un año después, un alcalde con más tablas, es optimista. Pregunta. ¿Que Barcelona sea una capital de la industria del conocimiento sigue siendo un proyecto o ya está tomando forma? Respuesta. Tenemos el gran proyecto urbanístico, el más grande que nos queda en Barcelona, que es la transformación del Poblenou, que tiene como doctrina la convivencia de la industria avanzada y la residencia. Barcelona tiene mucho interés, mucho atractivo para la implantación de actividad económica, además del éxito turístico. Nuestra estrategia es favorecer este tipo de implantaciones con la colaboración de la Universidad y con los sectores industriales. P. Para ese tipo de proyecto se requiere la colaboración de la iniciativa privada, que es la que tiene que invertir. ¿Existe ya o se tiene que buscar?. R. La iniciativa privada está interesada.Ya hemos empezado con actuaciones concretas y desde el consorcio de la Zona Franca se promociona un solar destinado íntegramente a ese tipo de actividades en Poblenou [se trata de la manzana comprendida entre las calles de Maresme, Marroc, Puigcerdà y Cristòfol de Moura]. La demanda que tenemos para estas implantaciones es extraordinaria: hemos tenido más de 800 consultas sobre precios y condiciones para instalarse en 22 naves. P. ¿De qué ti-po de empresas se trata? R. Son industrias limpias, no contaminantes. El mayor número de peticiones corresponde a empresas de componentes de informática, electrónica, artes gráficas, náutica y galerías de arte. De momento hay mucho interés. Ahora estamos en la fase de licencia y empezaremos pronto la construcción. P. La oposición al gobierno municipal dice que el suelo del Poblenou se encarecerá mucho,que dará pie a la especulación. ¿Cuál es su opinión? R. El problema del precio del suelo en el centro de una ciudad pasa en todo el mundo. Pero si se quiere luchar para que el suelo esté a un precio razonable, lo que se requiere es una planificación y un desarrollo metropolitano y regional que diversifique las ofertas. Estamos en una economía libre y lo que queremos es el máximo de dinamismo posible para evitar la especulación. Se tiene que intervenir sólo en las cosas relevantes y luego dejar que la economía de mercado haga su camino. P. Para que cuaje ese proyecto, la ciudad tiene que disponer de unas infraestructuras óptimas. ¿Cómo está ese capítulo? R. Hemos llegado al acuerdo de la tercera pista del aeropuerto. El ministro de Fomento nos prometió el plan director para principios del otoño y por eso espero que pronto tengamos noticias. Por nuestra parte, en lo que es responsabilidad del Ayuntamiento de Barcelona, supongo que no habrá quejas. Más bien las quejas son porque hemos hecho demasiadas cosas. P. ¿Y el tren de alta velocidad y la red de transporte metropolitano? R. Respecto al tren de alta velocidad, está el compromiso del Fòrum 2004, que nos ayuda a que no haya retrasos. Lo que nos queda es un diseño pactado del transporte metropolitano. Sin duda, es ahora el asunto más delicado. Se requiere más inversión y, aunque se quiera disimular, lo que está ocurriendo es que buena parte del equilibrio financiero de las cuentas del Estado se ha conseguido disminuyendo el ritmo anterior de las inversiones. Si a ese panorama añadimos la centralización de las inversiones de infraestructuras, vamos muy lentos, y eso no es bueno. P. ¿Y el Gobierno de la Generalitat ayuda en ese terreno. Cuáles son los resultados del llamado clima de entendimiento entre el Ayuntamiento y la Generalitat? R. Lo que hay es un buen clima de diálogo, pero lo que reclamamos son resultados, y los resultados no se ven. Que el clima de diálogo sea bueno es importante, pero tiene que ir acompañado de realizaciones. P. Si un ciudadano le preguntara en qué se traducirá la Carta Municipal de Barcelona. ¿Qué le diría? R. Que lo que se quiere es acercar servicios al ciudadano y hacerlo mejor, más eficientemente. La Carta reclama agilización de tramitación urbanística, una justicia local porque la queremos más rápida y más cercana. Queremos consorcios con la Generalitat para gestionar servicios donde creemos que el Ayuntamiento puede mejorar esas prestaciones, como en bienestar social. Buscamos que una ciudad que ya es compleja tenga los mecanismos de administración centroeuropeos. Estoy convencido de que la Carta se aprobará, aunque sea sólo por constancia. P. ¿Cómo se enfocan las elecciones municipales, que parece muy probable que se celebren después de las autonómicas si éstas se adelantan a la primavera? R. Si las autonómicas se adelantan, esperemos que expliquen justificadamente el porqué. En el caso de las municipales, los plazos de las convocatorias fuerzan, afortunadamente, a cumplir los programas. Para nosotros, el programa de actuación municipal es el compromiso con los ciudadanos. Que las cosas que se digan, se hagan. Creo que es algo bueno que los mandatos se acaben y que la gente sepa cuál es el compromiso al votar. Yo estoy muy satisfecho del grado de cumplimiento de nuestro programa. P. ¿Para el alcalde sería distinto encarar las elecciones municipales si el ocupante del otro lado de la plaza de Sant Jaume fuera Pasqual Maragall y no Jordi Pujol? R. Sí, claro. Pero eso ya no depende de mí. P.. La oposición dice que hacer tantas obras en la ciudad concentradas en el último periodo del mandato es una forma de electoralismo. ¿Qué responde? R. Yo creo que la gente sabe que no es cierto. Los barceloneses saben que lo que hay es el cumplimiento de nuestras propuestas, y que esto tiene un proceso concreto que es lento por la reglamentación administrativa. Las obras están bien gestionadas y están siendo bien soportadas. Estamos consiguiendo que se adelante el calendario previsto. Pero no me quejo de la oposición. Hablando como alcalde, creo que la oposición del Ayuntamiento de Barcelona es dura y contundente cuando conviene, pero en los asuntos importantes nos hemos puesto de acuerdo, como en la Carta, el Fòrum 2004 o la división territorial de Barcelona. P. Su más directo competidor para la alcaldía en las filas convergentes, Joaquim Molins, ha empezado su ofensiva con una constante crítica hacia su gestión. ¿Es una buena estrategia? R. No voy a decir cuál sería mi estrategia si estuviera en la oposición, pero creo que la crítica sistemática no es una buena estrategia. P. El panorama político de las próximas elecciones municipales es particular, con nuevas formaciones y otras escindidas. ¿Será más complicado? R. Hay nuevas formaciones, hay escisiones, hay nuevos líderes casi en todos los casos, pero no será más complicado, sino más interesante; más emocionante. Tendrá más interés y eso siempre es bueno en política. Además, originará más debate sobre la ciudad, y eso es bueno. Nosotros lo que buscamos es una ciudad con un dinamismo suficiente para garantizar trabajo para todos. Barcelona tiene que hacer muy bien de locomotora de Cataluña, e incluso de más allá de Cataluña. Se tiene que mantener un ritmo y una marcha con la finalidad de que la gente tenga trabajo y bienestar. P. ¿Y que se queden en la ciudad, que no se pierda población? R. Sí, que se queden en la ciudad, pero en el sentido más amplio. Barcelona es más grande. Joan Clos Alcalde de Barcelona Hace un año, Joan Clos cogió las riendas de la alcaldía de Barcelona, institución que ya conocía muy bien después de 14 años como concejal, al lado de Pasqual Maragall. Un Clos más suelto defiende su gestión en este año y asegura que se está ejecutando casi todo el plan de actuación municipal, que, en su opinión, es lo que valora el ciudadano cuando tiene que votar.

"Barcelona tiene que mantener el ritmo y la marcha para que la gente tenga trabajo y bienestar" [CN] "El diálogo con la Generalitat tiene que ir acompañado de resultados. Y los resultados no se ven"

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