TREGUA DE ETA

La amarga decepción del amigo del presidente

Solemne y decepcionado. "La última bomba de ETA va a ser ésta". La bomba es que no se tenga en cuenta la tregua. La bomba es que se desaproveche esta oportunidad. Julio Anguita salió de la reunión con el presidente Aznar y adoptó un aire solemne -"en contra de mi costumbre seré, incluso, prolijo"- para explicar a los periodistas su postura ante la posibilidad de iniciar conversaciones de paz en Euskadi. Y un punto amargo.Decepcionado. Esperaba, tal vez, que su amigo José María Aznar entendiera que lo importante era iniciar el diálogo -"¿qué más da si hay abandono de las armas o sólo una tregua...

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Solemne y decepcionado. "La última bomba de ETA va a ser ésta". La bomba es que no se tenga en cuenta la tregua. La bomba es que se desaproveche esta oportunidad. Julio Anguita salió de la reunión con el presidente Aznar y adoptó un aire solemne -"en contra de mi costumbre seré, incluso, prolijo"- para explicar a los periodistas su postura ante la posibilidad de iniciar conversaciones de paz en Euskadi. Y un punto amargo.Decepcionado. Esperaba, tal vez, que su amigo José María Aznar entendiera que lo importante era iniciar el diálogo -"¿qué más da si hay abandono de las armas o sólo una tregua? Hay una nueva situación y ya está"-. Y se encontró con recelos y con la idea de que "hay que esperar a ver qué hacen". Aznar le dio un paseo por los jardines de Moncloa. Mañanita de sol y nubes con aire fresco de la cercana sierra. Y hablaron de otras cosas. Se encontraron con Álvarez Cascos, con el que departieron unos minutos. En lo personal, sin problemas. Irían del corazón de Anguita a los asuntos de Aznar. En lo político, es difícil entenderse. En el caso de la tregua, mucho menos.

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Pocas veces ha salido Anguita tan decepcionado de Moncloa. Y con la lengua tan en carne viva de tanto mordérsela. Se negó -y bastante dijo- a avanzar la postura de Aznar. Pero, ¿había que ser más claro? Qué va. Pudo decirlo más alto, pero él fue claro como el agua clara: "Unos creemos que hay que moverse para ayudar al movimiento y otros creen que basta con esperar a que se muevan los otros". "Y Aznar, ¿qué dice?". "Eso pregúntenselo ustedes al presidente". Y otra vez: "Pero, está de acuerdo en hacer algún gesto?". "Vamos a ver: yo he sido lo suficientemente claro. Nunca he hablado de lo que otros dicen. Pero también es verdad que nunca he sido tan claro en mi exposición". Pues ni por ésas. De si había hablado con el jefe del Ejecutivo de tomar alguna iniciativa, lo mismo: "Ya les digo: yo le he planteado el acercamiento de los presos, pero sólo como una mera exposición ¿quién soy yo para explicarle lo que tiene que hacer?", dijo. Y fuese.

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