Un árbol monumental

Un árbol de hierro de diez metros de envergadura y rodeado por ocho estelas conforman el conjunto escultórico que ayer se inauguró en el paraje Urrintxo, al comienzo de la subida al santuario de Arantzazu, y que la asociación de pastores del País Vasco había encargado a Néstor Basterretxea. El artista bermeano, que ya había realizado otro monumento al pastor que se instaló en 1989 en Reno (Nevada, Estados Unidos), ha elegido la metáfora del árbol como trasunto del crecimiento registrado en la colectividad vasco-americana de los pastores. Una obra que alude "a la raíz, la troncalidad y las ram...

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Un árbol de hierro de diez metros de envergadura y rodeado por ocho estelas conforman el conjunto escultórico que ayer se inauguró en el paraje Urrintxo, al comienzo de la subida al santuario de Arantzazu, y que la asociación de pastores del País Vasco había encargado a Néstor Basterretxea. El artista bermeano, que ya había realizado otro monumento al pastor que se instaló en 1989 en Reno (Nevada, Estados Unidos), ha elegido la metáfora del árbol como trasunto del crecimiento registrado en la colectividad vasco-americana de los pastores. Una obra que alude "a la raíz, la troncalidad y las ramificaciones, cuya semilla de aquí arraigó lejos, muy lejos", según explicó el escultor. Siete estelas representan los territorios de Euskal Herria y una octava, de mayor tamaño, las tierras de ultramar adonde emigraron cientos de pastores, primero a Argentina y Chile, y de allí a California durante la fiebre del oro. Basterretxea prevé instalar una novena estela con un grabado figurativo de un pastor con su perro. Asimismo se ha plantado un esqueje del Árbol de Gernika.

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