TREGUA DE ETA

El alto el fuego empezó a gestarse hace un año

La tregua de ETA, anunciada ayer, se comenzó a gestar hace un año, con los contactos iniciados entre el dirigente de la Mesa Nacional de HB, Rufi Etxeberría, y el portavoz del PNV, Joseba Egibar, al hilo de la polémica sobre el acercamiento de los presos de ETA al País Vasco, que enfrentó al partido de Xabier Arzalluz con el Gobierno de José María Aznar. Egibar suele comentar que acudió a esos contactos con un enorme escepticismo, especialmente cuando la Mesa Nacional de HB fue encarcelada el pasado diciembre al condenarla el Tribunal Supremo por apología del terrorismo.La entrada en escena, a...

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La tregua de ETA, anunciada ayer, se comenzó a gestar hace un año, con los contactos iniciados entre el dirigente de la Mesa Nacional de HB, Rufi Etxeberría, y el portavoz del PNV, Joseba Egibar, al hilo de la polémica sobre el acercamiento de los presos de ETA al País Vasco, que enfrentó al partido de Xabier Arzalluz con el Gobierno de José María Aznar. Egibar suele comentar que acudió a esos contactos con un enorme escepticismo, especialmente cuando la Mesa Nacional de HB fue encarcelada el pasado diciembre al condenarla el Tribunal Supremo por apología del terrorismo.La entrada en escena, a comienzos de año, de la nueva Mesa Nacional de HB, con Arnaldo Otegui como portavoz y con el impulso de un histórico, como Iñigo Iruin, lejos de frenar el proceso de conversaciones, como temía el PNV por el encarcelamiento de la dirección de HB, lo impulsó. ETA, por un lado, y la propia HB, fuertemente acosada por los jueces y el Ministerio del Interior, buscó el amparo político en las conversaciones con el PNV.

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Herri Batasuna trataba también de salir de la situación de desamparo social en que le habían dejado las grandes movilizaciones del verano anterior tras la indignación que suscitó el asesinato del concejal del PP de Ermua Miguel Angel Blanco.

Si Herri Batasuna vivía una situación de incomodidad política, el PNV también se encontró con las manos libres en el mes de marzo para impulsar el encuentro con HB al ver frustrada su propia alternativa de pacificación. Durante los tres primeros meses de 1998, el lehendakari Ardanza y el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, intentaron convencer al Gobierno y los tres principales partidos nacionales de su propia alternativa de pacificación. Las movilizaciones del verano de 1997 también habían empujado al PNV a tomar la iniciativa para buscar una salida alternativa a una situación que aupaba a los partidos nacionales.

La propuesta del Partido Nacionalista Vasco, recogida en el Plan Ardanza, proponía básicamente que, previa una declaración de tregua indefinida de ETA, se iniciaran conversaciones entre los partidos vascos sin límite en sus contenidos, en el marco de la Mesa de Ajuria Enea, pero con la ampliación a HB.

El acuerdo alcanzado entre todos los partidos de ámbito vasco debía ser asumido por las direcciones de los partidos nacionales y las instituciones centrales, Cortes y Gobierno. El PNV presentó la propuesta como una actualización del Pacto de Ajuria Enea, suscrito en 1988, por todos los partidos democráticos vascos, con la excepción de HB.

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Esta propuesta fue rechazada finalmente por el Gobierno y los dos principales partidos nacionales, PP y PSOE, ya que no estaban dispuestos a asumir pasivamente lo que decidieran los partidos de ámbito vasco y les impusieran planteamientos nacionalistas sin límite. Además, la campaña de asesinatos de ETA, dirigida contra concejales del PP, originaba un clima que impidió a los partidos nacionales asumir cualquier tipo de apertura de conversaciones con el entorno de la banda armada.

No obstante, el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, advirtió al presidente del Gobierno, José María Aznar, en un encuentro celebrado en La Moncloa, que continuaría sus conversaciones con el entorno de ETA.

El acuerdo de paz de Stormont, alcanzado en el mes de abril entre el Gobierno británico, el irlandés y los principales partidos de Irlanda del Norte, fue un nuevo elemento catalizador de los contactos entre el PNV y HB, aunque las situaciones del País Vasco y de Irlanda del Norte no sean comparables. El hecho es que ETA se quedaba sola y se convertía en la única organización que practicaba el terrorismo en Europa.

El clima creado por el acuerdo de paz en Irlanda del Norte impulsó a numerosas organizaciones sociales vascas, empezando por los sindicatos nacionalistas ELA-STV y LAB, este último vinculado a HB, a dar cobertura a las conversaciones entre el PNV y HB. Los dos sindicatos nacionalistas hacía tiempo que habían apostado por una salida dialogada al problema del terrorismo. Así nació, al finalizar la primavera, el Foro de Irlanda.

El Foro de Irlanda ha cocinado el Documento de Lizarra que encuentra su inspiración parcialmente en el Plan Ardanza aunque también recoge elementos de las propuestas tradicionales de HB. Este documento es la base que ha dado cobertura a la tregua anunciada ayer por ETA.

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