Trabajo detiene el derribo ordenado por Barberá por falta de seguridad

La Inspección de Trabajo le ha enmendado la plana a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y ha ordenado que se paralice el derribo de una finca histórica en el barrio de El Carme porque la contrata municipal, Comsa, no cumplía las condiciones mínimas de seguridad en el trabajo. Los vecinos del barrio, como Pilar Masó, que acudieron ayer a la delegación de Trabajo, cuentan que la responsable del ministerio que les atendió ya estaba decidida a ordenar que se detuviera la demolición antes de que le expusieran el caso. "No hace falta que me cuenten nada", les sorprendió, según cuenta Masó. Sobr...

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La Inspección de Trabajo le ha enmendado la plana a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y ha ordenado que se paralice el derribo de una finca histórica en el barrio de El Carme porque la contrata municipal, Comsa, no cumplía las condiciones mínimas de seguridad en el trabajo. Los vecinos del barrio, como Pilar Masó, que acudieron ayer a la delegación de Trabajo, cuentan que la responsable del ministerio que les atendió ya estaba decidida a ordenar que se detuviera la demolición antes de que le expusieran el caso. "No hace falta que me cuenten nada", les sorprendió, según cuenta Masó. Sobre su mesa, dicen los vecinos, tenía una fotografía de este periódico en la que se observa cómo uno de los operarios caminaba el martes por el tejado de la finca, retirando tejas, sin ningún tipo de malla ni cinturón de seguridad. "Y el casco se lo acababa de poner porque vio al fotógrafo", le precisaron los vecinos. La jefa de inspección y los vecinos hablaron sobre la incongruencia de que el Ayuntamiento ordene a través de una resolución de urgencia que la contrata municipal derribe esta finca histórica por su "alto grado de degradación y agotamiento estático" que supone un "riesgo de caída de cascotes a la vía pública", y que, si el estado es tan ruinoso como dice la alcaldía, los obreros no apuntalen el edificio ni actúen con las mínimas normas de seguridad laboral. Acto seguido, la responsable del ministerio envió a dos inspectores al edificio, en los números 3 y 5 de la calle de Llíria. Una vez allí, según los vecinos, les pidieron a los obreros de Comsa que les mostraran el Estudio de Intervención de Derribo y Seguridad, un proyecto sobre las condiciones en las que se va a realizar la demolición, que hay que presentar de forma obligatoria a Trabajo para recibir el permiso de derribo. Los vecinos ya se lo habían pedido el día anterior, pero los operarios no les hicieron caso. Proyecto de derribo Al no presentarles este estudio de derribo, los inspectores ordenaron a la contrata municipal que detuviera su trabajo y que no toque ni una teja hasta que les entregue el proyecto de derribo y reciba el visto bueno. Masó explica que en Trabajo están "muy sensibilizados" por el accidente de Patraix, del pasado mes de agosto, en el que perdieron la vida dos albañiles y resultaron heridos otros dos al desplomarse la finca que rehabilitaban. Los vecinos, que el martes se enfrentaron a los obreros y presentaron una denuncia ante el juzgado de guardia, anuncian nuevos actos de protesta contra el derribo. También han pedido que un responsable del Plan Riva (Rehabilitació Integral de València Antiga) les explique el proyecto de protección de la manzana que estudia la Consejería de Cultura por su valor histórico. Allí se yergue una fábrica considerada un ejemplo de arqueología industrial y las primeras viviendas obreras de Valencia.

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