Gancho extranatural

La Caleta no tiene en sí demasiado atractivo. Es una playa pequeña, cerrada, rodeada de colinas, custodiada por dos espigones y, eso sí, tranquila. Un elevado y pequeño paseo marítimo construido no hace mucho hace su recorrido algo más ameno. Su ubicación, en el centro de una urbanización, la convierte en un lugar casi familiar. A este hecho contribuye su nula señalización, por lo que en ella sólo suelen encontrarse aquellos que disfrutan de su período vacacional en una de las viviendas del entorno. En este tramo de costa castellonense la acción humana ha tratado de ganar terreno al mar. Y lo ...

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La Caleta no tiene en sí demasiado atractivo. Es una playa pequeña, cerrada, rodeada de colinas, custodiada por dos espigones y, eso sí, tranquila. Un elevado y pequeño paseo marítimo construido no hace mucho hace su recorrido algo más ameno. Su ubicación, en el centro de una urbanización, la convierte en un lugar casi familiar. A este hecho contribuye su nula señalización, por lo que en ella sólo suelen encontrarse aquellos que disfrutan de su período vacacional en una de las viviendas del entorno. En este tramo de costa castellonense la acción humana ha tratado de ganar terreno al mar. Y lo ha conseguido. La construcción de los espigones ha posibilitado la aparición de una mayor franja de arena, pese a lo que la playa se presenta como un recoveco del Mediterráneo. Por ello, las aguas no suelen aparecer muy claras y las algas marinas prolongan su estancia en la orilla. Tampoco los servicios de limpieza recorren con frecuencia estos lares. En sí, La Caleta no es ningún paraíso, aunque los habituales la disfruten como si de algo parecido se tratara. Sin embargo, desde hace ocho años, esta playa aparece en todos los medios de comunicación porque ha sido la que ha elegido el ahora presidente del Gobierno, José María Aznar, para zambullirse durante su mes vacacional. Así, la imagen del primer baño de la familia en la playa de Les Platgetes de Bellver (Oropesa) recorre la geografía española como muestra de la humanidad del jefe del Ejecutivo. Este hecho ha provocado que los que la conocían pero no la visitaban, incluso los que la criticaban, realicen esporádicas apariciones en un sitio al que no se accede de paso. También hay quien ha decidido tomarse un mes de vacaciones distinto a agosto. Hay otros, los menos, que llegan atraidos por la elección del presidente y que manifiestan su sorpresa al llegar al lugar. Pero no sólo son éstos los métodos de acercamiento, sino que hay quien, yendo aún más allá, ha optado por adquirir una vivienda en Les Platgetes de Bellver, no se sabe bien con qué finalidad.

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